Las instituciones, más todavía las mercantiles, demuestran su fortaleza cuando son capaces de perdurar a lo largo de las distintas generaciones que se suceden y que deben adaptarse a un mercado siempre cambiante. En Antequera sólo la Casa Rojas puede presumir de haber estado durante más de un siglo dando servicio a sus conciudadanos, pero pronto se le unirá el banco de Santander que también cruzará el umbral de los cien años al servicio de los antequeranos en la calle Estepa.
La Peña, El Torcal, los mantecados, el mollete, la Casa Rojas, la Farmacia Franquelo y ahora… el Banco Santander. Hoy puede parecer rutinaria la inauguración de una sucursal de un banco, pero no fue el caso de la llegada del Banco Hispano a nuestra ciudad. En el siglo XIX era rarísimo que un Banco tuviera sucursales; únicamente el Banco de España y por la obligación que le imponía el Gobierno de dar cobertura a los billetes en todas las provincias.
El Banco, si quiere tener éxito, debe ganarse la confianza de sus vecinos y, a su vez, confiar en los negocios de éstos; sólo así se puede recibir el dinero en depósitos y algo más difícil todavía: prestarlo. La sabiduría popular está llena de refranes que nos advierten de los peligros de las suegras y de los préstamos: “antes me muero que prestar dinero”, “si quieres tener dinero quédate siempre soltero”…
Los bancos se integran íntimamente en la vida local, son parte del paisaje urbano, tanto se mimetizan que no nos damos cuenta de su presencia. Los Bancos eran hasta el siglo XX el Banco de la ciudad, por eso se llamaban Banco de Bilbao, Banco de Sevilla, Banco de Barcelona, Banco de Cádiz, Banco de Málaga; pero cuando salían de su ámbito natural fracasaban. Pero aquí tenemos una de las claves que dan la verdadera importancia de este centenario. El banco que llegó a Antequera no era el banco de una ciudad sino el Hispano por su padre y Americano por su madre que apostaba por algo totalmente innovador y revolucionario. El Banco Hispano Americano era el fruto de los españoles de la emigración a América y que tras el Desastre cubano regresaron a la Península; aplicaron su experiencia en los negocios para cambiar de arriba abajo el mundo financiero con un modelo económico que resultó imbatible. El banco Hispano Americano, inició una senda que siguió el resto y que hoy es toda una referencia mundial: el Banco Santander es uno de los mejores bancos del mundo.
En la inauguración de la oficina del banco en la calle Infante Don Fernando, 17 confluyeron dos voluntades; la de un grupo de antequeranos encabezados por Francisco Bellido que solicitaron que el banco recalara en Antequera y la vocación americanista de la entidad que quería financiar el comercio exterior, y principalmente con Argentina. Para ello la vía era el aceite de Antequera que se distribuía a través del puerto de Málaga por comercializadores italianos hacia las repúblicas del sur de América.