La noticia sorprendió, pensamos, hasta a los propios ministros del ramo, y no digamos al presidente del Gobierno: el presidente del BEC, Pietro Inzaghi, en la reunión del G-20, anunció que Europa puede caer otra vez en recesión, y dejó caer que “por que no se había hecho como en España”, cuyas medidas han permitido recuperar nuestra Economía, crear empleo y aumentar las afiliaciones a la Seguridad Social. Enseguida, De Guindos, nos agua la fiesta, diciendo que esa crisis que se anuncia puede afectar, con seguridad, a España, y que no podemos fiarnos, sino insistir en dichas medidas. Medidas que, por otro lado, valieron muchas críticas a nuestro presidente del Gobierno, pero que en cambio han sabido valorar en Europa, mientras los Empresarios dicen que si se repitieran quedarían los parados casi en la mitad y mejorarían aún más esas condiciones positivas. Los temores de De Guindos radican en que una recesión en el resto de Europa, nos afectaría en el sentido de que los países europeos clientes de productos españoles comprarían menos en nuestro país.
Trasladando esa situación a lo local, habría que tener en cuenta que muchos pocos, hacen un mucho, es decir que aunque parezca mínima la aportación antequerana a esa situación de mejora, al menos aparente, sumada a otras aportaciones similares, ayudaría a mantener firme ese timón de la mejora que nos anuncia Inzaghi. ¿Y en que radica? Pues en que nuestras compras las hagamos en Antequera, en que nuestros comerciantes (de la misma forma que hicieron cuando se anunció la crisis oficialmente, porque se notaba mucho antes) ajusten sus precios; en que se acabe eso de contratar, como en el campo en muchos casos, como hacen por ahí, a inmigrantes sin derechos, y se haga legalmente, sin olvidar las demandas de los trabajadores antequeranos en paro, ni a esas mujeres y esos hombres en edades “difíciles”, que suelen llamar cuando pasan de los 40 ó 45 años, y se les busque un trabajo adecuado en el que, sólo por experiencia pueden ser ideales; en que se aprovechen las ganas de nuestros jóvenes, tan bien preparados y dispuestos a hacer lo que sea con tal de salir de la incómoda y poco grata situación de depender de los padres, tras terminar sus carreras… Y no dejaríamos atrás, que nuestros Bancos, que recibieron tantos millones para “reflotarlos”, y nuestras Cajas, se dejen de palabrería y abrevien trámites, que para eso están, y eviten se forren esas “financieras” que tanto se anuncian, y en su letra pequeña anuncian un TAE (que viene a ser como lo que se paga por el préstamo concedido) de casi el ¡25 por ciento!, pero a las que hay que acudir cuando uno está desesperado.