Es asombroso. Resulta que al Museo Arqueológico Nacional, nada menos, ha habido que recordarle lo obvio: ¡Que cuando diga Menga, diga Antequera! Por ver si así, con el boca a boca, llega el reclamo al oído-oído de medio mundo. Que sepan qué es lo que tenemos. Menos da una piedra; pero, en ese preciso instante, no había en Menga más que dos coches aparcados y, cero en el Romeral.
El mismo día (y a la misma hora) sale Rute en el telediario de la uno: ¡Belén de chocolate a la vista de millones de españoles, y cientos de agentes de viaje fletando autobuses! Y resucita la marca “Rute”. Como cuando se bebía aguardiente con nombre de toreros de antes de la guerra (¿recuerdan la borla de seda con los colores de la bandera?).
Y ¿ahora, qué hacemos con él? IU sigue la pista a supuestas cuentas “opacas” del mismo, al tiempo que la Junta, por la misma razón, pone las cuentas claras al Ayuntamiento. Y, mientras lo del Palacio va despacio, a todo el mundo se le llena la boca con “el bien común” (negocio turístico, se entiende) sin dejar sus cálculos electorales.