Me pillan agotada. He terminado de hacer todas las listas de la semana. La del super, la de mi frutería preferida, una para la farmacia, porque hemos agotado las reservas federales en los resfriados, otra para mí misma en la que incluyo visita al veterinario, mi pequeña mascota esta pachuchilla, los últimos ejercicios que debo añadir de Yoga a mi tabla personalizada, llevar el coche a la revisión y quedar con dos amigas para un cafelito o lo que encarte.
¡Ay las listas! Son interminables! Pero en medio de estas largas listas de recordatorios o de propósitos, ha surgido una que se lleva la palma “La lista Falciani”.
La famosa lista ya la conocían los gobiernos de España y parte del extranjero. Aquí para avisar a Botín y otros más para que pusieran las cosas en regla. Nuestros gobernantes eran conocedores de estos desfalcos, blanqueos de capitales y paraísos fiscales con nombres, apellido y número. Los números se transforman en millones de dólares llegados con toda la variedad de intenciones que gusten. Prostitución, proxenetismo, droga, engaño ladrillero, concesiones, subastas, robos… y nosotros pagando.
Porque además no te puedes ir a un paraíso fiscal por muchos motivos, el primero una nómina de profesor pasa por siete mil revisiones en resumen “son habas contás” a lo segundo ya no me alcanza, porque con sueldo de profe más la congelación, no llegas a Suiza ni en broma.
No quiero aburrirles pero cada vez que hago un encuentro de autora, me descuentan el 21 por ciento cultural. Lo mismo que le descuentan a Bisbal, a Plácido Domingo o a José Sacristán, si es que tienen residencia en España. Tengo que aportar un certificado del banco de que la cuenta a donde me ven a ingresar los euros está a mi nombre y no al de mi tía o algún vecino. Por si fuera poco, cuando hago mi declaración de hacienda tengo que volver a declarar el ingreso ya bastante diezmado.
¿Justicia? Eso quisiéramos. Lo que hastía y fastidia señor Montoro, es que hacienda desgraciadamente no somos todos, que usted chivatea para poner en guardia a los megamillonarios y este país los sostenemos los de siempre. ¿Y usted y el estado que ganan con estos fraudes? A mí me dijo una vez alguien “piensa mal y acertarás”. Pues eso.