La ciudad de Antequera se apresta ya a comenzar una larga carrera para conseguir un ansiado reconocimiento oficial de carácter internacional que venga a valorar de manera unánime la importancia histórica, patrimonial y natural que nuestra ciudad ha tenido a lo largo de los siglos para el conjunto de la humanidad y, concretamente, para el sur de la península ibérica.
Los Dólmenes de Menga, Viera y el Tolo del Romeral, así como los entornos interconectados de la Peña de los Enamorados y El Torcal de Antequera se encuentran ya a un sólo paso de ser incluidos en la prestigiosa lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, un hito que conllevaría sin lugar a dudas un beneficio directo a Antequera en muy diversos ámbitos: culturales, económicos, turísticos…
Es por ello por lo que ahora se abre una etapa con un sólo camino, el de la unidad de todos para conseguir este objetivo común. Y al referirme a unidad lo hago también en muy diversos ámbitos; en primer lugar, en el de las administraciones públicas, puesto que todas ellas deben de prestarse a trabajar codo con codo para propiciar un hecho que puede considerarse como trascendental para la historia de Antequera.
Es el momento de aunar esfuerzos, de asumir más que nunca las responsabilidades institucionales que el pueblo ha conferido a los dirigentes nacionales, autonómicos, provinciales y locales para que entre todos podamos realizar un sueño que, ahora, tenemos más cerca que nunca. Pero también esta “carrera” conlleva la unión de toda Antequera, de todos los ciudadanos, de todos los vecinos para poder facilitar y alcanzar un objetivo que es de todos y que beneficiará a todos y al que podemos contribuir día a día mejorando nuestra ciudad y nuestro entorno aportando nuestro granito de arena para ello.
Los Dólmenes, la Peña de los Enamorados y El Torcal son testigos milenarios del desarrollo del conjunto de la sociedad en nuestra ciudad y en nuestra comarca, en esta barrera natural entre el interior de Andalucía y la costa que desde antaño fue admirada y codiciada por el ser humano dadas sus extraordinarias cualidades. Esta consideración es algo que hoy todavía podemos seguir disfrutando y de la que estos enclaves monumentales y naturales siguen siendo testimonio real y palpable.
La declaración como Patrimonio Mundial es una oportunidad única e inigualable para dar aún más valor a todo lo que significa Antequera, todo lo que ha aportado, aporta y seguirá aportando a la humanidad como singular enclave en el que desde hace miles de años los antequeranos dan culto a la vida. Aprovechemos, entre todos, esta irrepetible oportunidad y no la dejemos escapar, mucho del futuro de lo que será Antequera depende, precisamente, de lo que hagamos ahora entre todos.
por MANOLO BARÓN, Alcalde de Antequera