Tras ello, el Ministerio de Cultura recibió el lunes 19 de enero de 2015 toda la documentación, a presentar por el embajador de España en la Unesco, con sede en París, para que empiece a ser evaluado y considerado para la primavera de 2016. Al fin se valorará la singularidad del más importante conjunto dolménico del mundo. Pero no irá sola. Dicha declaración incluiría, junto a los Dólmenes, al Torcal de Antequera y a La Peña de Los Enamorados, como incomparables singularidades naturales que poseen vestigios prehistóricos. Si partimos de la base de que en España es frecuente encontrarse con restos arqueológicos dispersos, le invitamos a que conozca Los Dólmenes de Antequera y verá que no hay ningunos tan bien conservados, tan cuidados y perfectos como éstos que evidencian el esfuerzo que se lleva a cabo en los últimos años, así como los avances en sus investigaciones a cargo de prestigiosos catedráticos y especialistas.
Al visitar el recinto de vez en cuando, comprendemos que se está haciendo algo grande; que si fueron jalones en la historia de las investigaciones los trabajos de Mitjana en los años 30 del siglo XIX y en los 40 del XX los de Giménez Reyna, sumamente importantes, por razones obvias como los nuevos avances técnicos, son los que se llevan a cabo ahora mismo por los eruditos antes mencionados.
Cómo se hicieron Los Dólmenes. Menga despertó desde el tiempo de los romanos, lo de la Edad Media, los de las visitas de Doré y otros viajeros, que se encontraron con ella y las ya citadas de Mitjana, para quien se trataba de un templo “druida” de una fantástica civilización que se aposentó en Andalucía… Lo que sí aseguramos es que el hombre primitivo, queriéndolo o sin quererlo, nos dejó una serie de mensajes, de testigos para la posteridad que ahora nos ayudan a conocer más y mejor cuál fue nuestro pasado, de dónde parte la importancia de Antequera.
Contemplando Los Dólmenes de Antequera, y teniendo en cuenta que tienen casi 5.000 años de antigüedad, lo primero que uno se pregunta es cómo lo hicieron. Se explica adecuadamente, con proyecciones espectaculares, imágenes y maquetas. Sí podemos adelantar, que los “megalitos” o grandes piedras con que se formaron, proceden de una cantera situada a un kilómetro aproximadamente de Menga.
Si esta asombrosa técnica, que revela un avance en la arquitectura y tecnología prehistóricas sin precedentes en Occidente, es aplicable a Menga y Viera, en el Dolmen del Romeral, algo más reciente, se encuentra el visitante con algo asombroso: la primera cúpula –en realidad “falsa cúpula”– conocida en Europa.
El responsable de la UNESCO, Amadou Mathar M`Bow, lloró literalmente de emoción al comprobar en él “que el hombre primitivo andaluz, además de buscar lo práctico, empieza a buscar la belleza”, coincidiendo con quienes habían calificado este dolmen con algo comparable al Tesoro de Atreo en Micenas, llamándolo Partenón de la Antigüedad.
Hoy ya se puede contemplar el inicio del mayor Centro de la Prehistoria de Andalucía, con el proyecto de grandes espacios museísticos, aulas formativas, salas de proyecciones y reuniones, para visitar y comprender o conocer, su importancia exacta, no ya para la Prehistoria de Antequera, sino de toda Andalucía.
Una de las piezas más relevantes de este museo será la Venus del Torcal, estudiada por el profesor Dimas Martín, perteneciente a la Universidad de La Laguna. Se encontró esta figura en la Cueva del Toro, situada en El Torcal de Antequera. Data del VI milenio antes de Cristo, “una pieza que tiene carácter religioso, ideológico, pero transportable, que es lo que corresponde a una sociedad ganadera como es la que habita en El Torcal”.
Venus “porque de acuerdo a su estructura se asocia con el modelo, a las características del modelo de representación femenina en otros ámbitos”. Y su relación a la figura del Tornillo: “Porque tiene toda una serie de entrantes y salientes, de irregularidades, marcando pequeños elementos de flotación que en este caso se ha asociado básicamente con “El Tornillo”. De pequeñas dimensiones: “Tiene 4,8 centímetros y es lo lógico para un elemento móvil, igual a los elementos ideológicos que nosotros portamos cuando nos vemos… una cruz, una imagen de una Virgen, de un santo…”.