Una de las cualidades que distingue al ser humano del resto de los mamíferos es nuestra capacidad de expresar los sentimientos. Nuestra rutina diaria está llena de situaciones de lo más variadas que pueden afectar claramente nuestro estado de ánimo. De esta manera, nos podemos sentir tristes, decepcionados, alegres, estresados, optimistas, deprimidos y de muchos otros estados de ánimo e incluso podemos pasar de un estado a otro con cierta facilidad.
Tenemos que tener muy claro que detrás de un estado de ánimo, ademas de una situación o acción que lo provoca se encuentra una respuesta bioquímica conjunta de nuestro organismo. Podemos considerarnos química en movimiento; detrás de cualquier sentimiento o cambio de aptitud o de humor que tengamos se encuentra alguna hormona o neurotransmisor que producimos nosotros mismos. Así por ejemplo, las endorfinas se producen en nuestro cuerpo al realizar actividades físicas como practicar algún deporte o bailar. Así mismo las endorfinas son indispensables para poder tener relaciones sexuales satisfactorias, disfrutar de alimentos como el chocolate y el café o poder apreciar una conversación interesante. Por otro lado, la serotonina es una hormona que aumenta su producción en función de las horas de luz que recibe el organismo. Un aumento de serotonina mejora notablemente nuestro buen humor, aumenta el apetito, nos hará dormir mejor y potenciará nuestros orgasmos. Si lo pensamos bien, quizás sustancias como éstas sean las responsables de que existan personas que necesitan continuamente hacer deporte o estar casi siempre en la calle.
Como no podría ser de otra manera, hoy les recomiendo que sean felices, pero no felices a cualquier precio, no con una felicidad efímera. No produzcan endorfinas con un ejercicio físico exagerado que nos provocará lesiones, ni consumiendo drogas cuya adicción no podremos controlar, ni con la comida basura cuyos alimentos procesados menguarán notablemente nuestra salud. Así más bien haremos infelices a las personas que nos rodean; nuestra felicidad también debe pasar por hacer felices a los demás. Sean felices con cabeza, con talento, buscando esa felicidad duradera que si se comparte en pareja nos hará mejores personas y logrará que nuestra existencia sea aún más plena.