Hace años, La Vega de Antequera era un hervidero de cosechadoras de trigo de una variedad que Estados Unidos nos cambiaba a razón de darnos dos vagones (veinte mil kilos) de un trigo suyo, por un vagón del nuestro. La Antequera agraria funcionaba a tope y creaba multitud de empleos no sólo en los trigales, sino en tantas fábricas de harina como se repartían por la ciudad.
Aquello se acabó, pero surgieron la Cooperativa Nuestra Señora de los Remedios, Horticultores “El Torcal”, Láctea “La Vega”, Alsur y otras, que fueron el embrión de la Antequera agraria de hoy. Crecieron y crecieron, hasta comprobar que no bastaba con cosechar muchos productos y muy buenos; hoy, el auge pasa por cumplir las exigencias que les supongan una garantía imprescindible en cualquier mercado y más en la Alimentación.
El auge espectacular de DCOOP, se basa no sólo en una selección rigurosa de productos, sino en una revisión permanente de los sistemas de producción, recogida, gestión y comercialización que superan cualquier exigencia del Mercado y le vale certificaciones oficiales, que garantizan no sólo la calidad, sino también su seguridad alimentaria.
Hoy cuenta con 21 certificaciones, en sus plantas de Antequera, Villarrubia y Santa Fe; las de preparación y envasado de aceituna de mesa, o la de elaboración y envasado de mosto concentrado de Alcázar de San Juan, que se someten periódicamente a auditorías externas que le permiten mantener y aumentar la confianza de los consumidores, y optar a trabajar con marcas de distribuidores de todo el mundo, siguiendo requisitos de normas internacionales, entre las que figuran ISO 9001 y otras.
En el capítulo de los Aceites Vírgenes Extras, DCOOP, dispone de productos con denominaciones de origen con certificaciones de calidad diferenciada de “Antequera”, “Montoro-Adamuz”, “Lucena” y otros; en Aceituna, la variedad “Aloreña” y en Vino, los de “La Mancha”, “Ribera del Júcar”, “Rioja” y “Manchuela”. Sus laboratorios se someten al cumplimiento de normas y sistemas de control: el laboratorio del Aceite, está reconocido por el Consejo Oleícola Internacional desde 2005.
Y mientras, ALSUR viaja al extranjero para dar a conocer esos cultivos de, por ejemplo, la quinoa, que ella trajo de América y que dicen tiene un futuro espectacular, mientras continúa con su conservas de alcachofas –donde “han creado” una variedad propia–, espárragos, habichuelas y otros.
Por el estilo, Horticultores “El Torcal”, funcionando a tope y creando empleos… Y así, los fabricantes Molletes, de Patatas fritas que han logrado el ideal de hacer que el valor añadido de la transformación de los productos del campo, queden más cerca de quien los produce y se cree mano de obra, en la riqueza del Campo de hoy, con un toque de atención por si alguien le mete mano: ¿han visto el anuncio ése de “salmorejo” envasado? ¿Quién le mete mano a la Porra Antequerana? Todo ello es una forma de mantener la Agricultura moderna, otro pilar de la Economía Local.
