Francisco José Arrocha García, o simplemente “Arrocha”, como lo conocen sus amigos, recibió con 9 años la llamada de Dios: “Era Semana Santa y en una de las procesiones me fijé en un monaguillo y me entró la pregunta de quién era esa figura”.
Hasta que terminó acercándose a una parroquia, donde “Dios pasó de ser un desconocido al centro de mi vida, el mejor amigo que he tenido y que tengo”.
Ahora, con motivo del Día del Seminarista, está en Antequera, donde nos visita para explicarnos qué debe hacer aquel joven que escucha la llamada de Dios:
“Lo primero que le diría a ese joven que intenta escuchar, es que aparte todos los ruidos y que escuche, lo segundo es que sea valiente y que aunque muchas veces el intentar ser cristiano a día de hoy sea duro, consigues ser feliz, te lo puedo garantizar”. Más información, edición impresa sábado 2 de abril de 2016 (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).