Hay apellidos con los que nacemos, otros que se incorporan a nuestra vida por nuestro trabajo y dedicación y, unos últimos que se suman al final de nuestros días en la tierra. Es el caso de Alfonso Núñez Patricio, quien nos dejaba este lunes 2 de mayo.
Núñez de apellido, persona muy apreciada en nuestra ciudad y comarca, casado con Socorro Espejo Sánchez, quienes formaron un matrimonio enriquecido por sus hijos Gema y Alfonso. Su trabajo inicial como sastre le llevó a recibir el apellido de “Alfonso el de Romera” por el negocio donde trabajó. Luego emprendió otras labores en otros gremios, pero siempre su faceta con la costura le marcó su vida.
El cáncer vino a su vida, siendo un luchador, siempre optimista, buscando superar la enfermedad y ponerle fortaleza ante la debilidad que conlleva. Venció varias batallas, muchas, siempre en silencio, mostrando su mejor sonrisa en el contacto con sus amigos y clientes. Él era el que te consolaba y daba ánimos, en vez de recibirlos de quien se preocupaba por su salud.
Tanto tiempo levantándose una y otra vez de la contienda que se plantea, hace que el cuerpo pueda no resistir otras adversidades, complicándose su salud y empeorando en la última semana, lo que le llevó a dejarnos antes de tiempo, con tan sólo 64 años.
Quien naciera como “Núñez” y creciera como “el de Romera”, terminó su vida con otro sobrenombre, el de “Valiente”. Alfonso supo poner lo mejor de sí ante la adversidad, responderte con optimismo cuando le preguntabas por su salud, saliendo y estando siempre acompañado de su mujer (¡lo que te estará agradecido por estar siempre con él!), así como sus hijos.
Descanse en paz un buen hombre, que vivió en su “Mayor Dolor” final, como él veneraba a su Cristo, al Señor del Mayor Dolor, que alumbraba como penitente desde hace 40 años, como lo hizo este Miércoles Santo con su cruz ante el calvario de su vida, aguantando todo el trayecto. Nos deja “Alfonso el Valiente”, otro luchador más que desde el Cielo, cuidará de su familia y pedirá al Altísimo Misericordia para los que sufren la adversidad del cáncer y esperanza para el futuro en el que estamos seguros que se vencerá por completo. Amén.