Pasado el tiempo de Cuaresma y tras la procesión del Corpus,empieza la época estival para las cofradías. Una época en la que podía parecer que se van en mantener en letargo, pero nada más allá de la realidad.
Llegado el verano, las cofradías y hermandades de la ciudad comienzan un tiempo que si bien es verdad que a lo referente a actos, al menos de carácter público parece menguar, no impide por eso que siga la actividad.
A parte de los cultos que se realizan en honor de Nuestra Señora del Carmen y que ya hablaremos más próximos a su festividad y la gran fiesta del 15 de agosto, Asunción de María, que en la ciudad celebramos la festividad de Nuestra Señora del Socorro Coronada, las cofradías realizan un amplio abanico de actividades.
Por un lado continúan los cultos internos como sabatinas o misas dedicadas, y por otro es sobretodo el montaje y la realización de las casetas para la Real Feria de Agosto lo que ocupa el mayor trabajo.
Casetas gracias a las cuales podrán ayudarse en los gastos de la salida procesional del año siguiente, adquirir o restaurar patrimonio y ayudar en la obra social a la que cada cofradía está llamada a colaborar como uno de los fines primordiales de cada una de ella.
A mí sinceramente me gusta la época estival en lo referente a las cofradías, entrar a una iglesia con el calor asfixiante del exterior, ver a la imagen en la penumbra, en la soledad, alejada del bullicio o del ornato que se coloca en los cultos y época de Cuaresma, me produce una sensación de más cercanía e intimidad.
Creo también que cada cofradía también se podría implicar más en esta época con las distintas parroquias por ejemplo en la colaboración con las actividades de éstas como campamentos, intentar unir lazos con los pueblos de la comarca que celebran las festividades de sus patronas y que al no coincidir con las nuestras nos da la posibilidad de conocer lo que está cerca nuestra, pero a veces es tan desconocido.
Es verdad que también los cofrades necesitan y se merecen el descanso y las vacaciones, pero siempre queda un retén de guardia cofrade que no descansa ni en verano y que participa de cuantas actividades haya aquí o en ciudades cercanas. Son esos incansables que llevan el nombre de Antequera y sus cofradías por las ciudades cercanas que celebran coronaciones, procesiones… y que desafiando el calor y el cansancio están los primeros .
Desde aquí agradecer el esfuerzo diario de cofrades y directivos que se afanan en seguir con el culto y devoción a las sagrados titulares y felices vacaciones a todos, al menos a los que puedan tenerlas.
JOSÉ ANTONIO NARBONA GALINDO