Nuestro peregrinar en este mundo temporal es el camino que nos lleva a la verdadera Patria en la eternidad. Nuestro hermano en la fe, don Ángel Guerrero, “alma mater” del periódico “El Sol de Antequera”, ha culminado su peregrinación entre nosotros y ha llegado ya a su verdadero destino, que tanto anhelaba.
Nos ha mostrado una fuerte pasión por vivir, por amar, por mejorar las relaciones humanas, por transformar la sociedad, por cuidar las buenas tradiciones que nuestros mayores nos legaron. Sus grandes amores, aunque sin confusión, iban entrelazados: Dios, su familia, Antequera, la gente, las buenas costumbres.
Recuerdo que mis primeros encuentros con don Ángel fueron con ocasión de la gran fiesta del Sexto Centenario de Santa Eufemia y del X Aniversario del Patronazgo del Señor de la Salud y de las Aguas. Su espíritu rezumaba alegría interior, amor y pasión por estas expresiones de la fe. Ponía alma, vida y corazón para que todo se celebrara con solemnidad, decoro y profundidad religiosa.
Le veía tan entusiasmado que mi saludo hacia él cuando nos encontrábamos era decirle: “¡Viva Santa Eufemia! Y nos sonreíamos los dos.
Entre recuerdo y recuerdo elevo mi oración al Buen Padre Misericordioso para que acoja a nuestro querido don Ángel en su regazo de Amor eterno. Desde allí él sigue compartiendo con nosotros el amor de Dios y su pasión por Antequera.