No hay que viajar hasta Teruel, ni siquiera Verona, con ir a Archidona se aprecia el valor que se da al 14 de Febrero, el Día de los Enamorados, algo a lo que Antequera lleva lustros sin responder como debiera.
Fue el senador antequerano Antonio García Duarte, quien propusiera construir un hotel a faldas de la Peña de los Enamorados para ser reclamo de las parejas que pudieran tener desde su habitación, las increíbles vistas de la bella doncella, que yace mirando al cielo (eso de “cara indio”, ¡olvídenlo de una vez!).
No hace falta recordar que era Antequera límite fronterizo de la España cristiana con la musulmana en la Edad Media. Un joven cristiano, Tello, cae prisionero en Archidona, donde la hija del mandatario moro, Tagzona, va por curiosidad a los calabozos en los que se encuentra con el apuesto guerrero. Ambos, de una sola mirada, única, caen enamorados y deciden marcharse, ya que por aquellos siglos, no se les permitía contraer matrimonio a parejas de distintas creencias.
Aunque escapan de la cárcel, son descubiertos por los guardias que, con el padre de Tagzona al frente, salen a su captura. El desafío se va perdiendo, los moros se acercan. Llegan a un peñón en las cercanías de la ciudad de Antequera, decidiendo subir por él. Ya en todo lo alto, los arqueros del padre apuntan a los jóvenes. Ambos se miran, se cogen de la mano, y se colocan al filo de la cima. No tenían escapatoria: rendirse, ser capturados y separados.
Pero no; Tello y Tagzona, unidos por sus manos, vuelven a mirarse fijamente y se despeñan, saltando al vacío. Prueba clara en la que se demuestra que el amor no tiene límites, ni los de las creencias ni las imposiciones familiares. Este romance les sonará porque en el fondo es similar al Romeo y Julieta de William Shakespeare, pero de mucho antes, ya que el descubridor Cristóbal Colón, en su diario de a bordo en su viaje a América, cita que encontró un peñón “similar al de los Enamorados de Antequera”.
Ahora, este paisaje, es Patrimonio Mundial, pero ¿lo estamos aprovechando del todo? Seguro que para el 2018, se preparará un programa amplio que sea nuevo “gancho” para recobrar la fuerza de las leyendas que nos hicieron lo que somos y así atraer a más gente a nuestra ciudad. ¿Se imaginan concurso de poesía, teatros, concursos, paneles con declaraciones de amor?
Lo de “La Peña te enamora” se quedó en una campaña sin más, aún hay algún cartel muy llamativo por el colorido, pero no es suficiente para aprovechar una leyenda, un paisaje que es de Patrimonio Mundial. Antequera es, por supuesto, más que procesiones, toros, carnaval… debe tener vida todo el año, y los Enamorados, en torno al 14 de Febrero, pueden dar vida, esa oferta, ese ocio, que piden las calles, los comercios, los jóvenes.
Tello y Tagzona vencieron al desencuentro de las creencias diferentes. ¿Volverán a conseguirlo y lleguen a ser un referente a pie de calle, homenajeando su amor? Apunten, 14 de Febrero de 2018. ¿Quién se apunta para impulsar esta iniciativa?