En la Cofradía de “Arriba”, se conocía en los años 80 como el “Cirineo” al hoy Nazareno de la Cofradía del Socorro. Época en la que un joven Dani, recuperó su advocación verdadera como la de “Nuestro Padre Jesús Nazareno”. En las moniciones de entrada, las cartas, los carteles, aparecía cada vez más lo del “Nazareno” y nos convenció y cautivó a todos porque sabíamos que se trataba de la soberbia talla del Señor que abre el paso de la Socorrilla.
Esta veneración se fue fraguando más cada año, desde la incorporación de la Verónica por Pepe Romero, el cariño y mimo de su camarera, María del Carmen Checa Ruiz, o los grandes años en los que Daniel Herrera Checa ha sido hermano mayor, consiguiendo crear escuela, familia, entre los hermanos del Nazareno de “Arriba”.
Un amor y una pasión de familia, en la que el hijo del recordado médico de Mancha Real –don Juan Herrera–, el médico de Málaga, el fiel esposo, el entrañable padre, se jubila hace escasas semanas para ser lo que más pasión despierta en su nueva vida: ser abuelo. Y sin esperarlo, el Señor llama al Pórtico del Cielo a Daniel Herrera, el padre de Dani, el niño que soñaba ser periodista taurino, y lo fue, y hoy ya es un referente. El cofrade que quería cambiar la forma de mecer un trono, y lo consiguió. El hombre que soñaba con tener un campanillero, y como lujo, su “Nazareno” le dio dos, los dos que abrieron paso a su trono el pasado Viernes Santo, fruto del amor de su matrimonio con su esposa.
Y cuando menos te lo esperas, llega tu calvario, y es cuando el peso de la cruz te viene encima, y no sabes cómo soportarla para llegar al final, y es cuando surgen esos “cirineos” que te ayudan a subir hasta llegar al Portichuelo, donde incluso el “Nazareno” cambiaría su lugar para ayudar a entrar a don Daniel Herrera Gutiérrez, el médico que socorría en Málaga a los pacientes, hermano mayor que fue de la Cofradía de “Arriba”, el padre de Dani, el chaval que dio nombre al “Cirineo” para rezarle como “Nazareno”, el Hijo de la Madre del Socorro.
¡Gracias, Dani, por tu ejemplo y siempre… Amor, Fe y Esperanza! Siéntete orgulloso de tu padre que está ya en el Cielo y transmite a tus “campanilleros”, el lujo que es ser su hijo, antequerano, cristiano y de “Arriba”.
