El odio. Seguramente sea la sensación que surge en muchos corazones cuando uno se enfrenta a las noticias que sacuden un día tras otro nuestros medios de comunicación. Este mismo miércoles 22 veíamos cómo Londres era el centro neurálgico de todas las noticias con ese atropello que el Estado Eslámico ha reclamado como acción suya.
Miraba las noticias asombrada con mi hija recién despierta cuando justo cumplía dos años de vida. Un año antes, en Bruselas volvía a ocurrir lo mismo. Un año antes, un piloto estrellaba su avión con todas las consecuencias que después conocimos. Nombro todo ello, porque con mi hija en brazos, me preguntaba de forma incesante qué pasará por las cabezas de esas personas para llegar a eso. Sea terrorismo o no, sean extremismos o no, nunca he podido llegar a comprender los asesinatos, los homicidios, la muerte de esta manera.
Abrazaba a mi pequeña pensando qué camino poder mostrarle para que el odio no crezca en ella. Una educación que pienso que en muchas personas se vio truncada en un momento para que piensen que solo de esa forma, pueden alcanzar la gloria. ¿Se puede odiar tanto al ser humano que no tiene tus mismas ideas hasta llegar a ello? Por lo visto, sí; pero sigo sin comprenderlo.
El miedo se apodera de muchos de los que nos rodean cuando ven esto sucesos, pero no lo hagan. Den un paso firme al frente y no tengan miedo, sino todo lo contrario. Defiendan sus creencias, ideologías y sobre todo, defiendan a las personas sea cual sea su procedencia, porque todos merecemos respeto, todos merecemos vivir sin miedo.
Y cuando les hablo de esto, me acuerdo de los cientos de muertes que hay años atrás en atentados, sucesos tapados por los poderes políticos y religiosos que no conocemos, y que con toda probabilidad, nunca se den a conocer. Sigo preguntándome el por qué, qué excusa… No encuentro respuesta y cuando miro para todos lados, solo hay más de lo mismo. ¿Cuándo nos daremos cuenta de que este no es el camino? La intolerancia solo tiene un camino, que acabe para siempre, yo dejaré mi semilla para lograrlo, otros seguirán pensando que la lucha, el odio y más muerte, es el camino. Una pena.