No es raro contemplar casi cada día la imagen que ven: turistas subidos sobre el Dolmen de Menga para hacerse una foto o, simplemente, contemplar el monumento megalítico desde otro punto de vista.
Se tendría que poner remedio a este tipo de prácticas, que pueden perjudicar a nuestros dólmenes y, en concreto, a Menga. ¿Dónde está la tan deseada vigilancia en ellos?
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