Los glóbulos rojos, también llamados eritrocitos, viajan por la sangre, su principal función es suministrar el oxígeno a todos los tejidos y órganos del cuerpo. Una anemia ocurre cuando el cuerpo tiene insuficientes eritrocitos, no se produce la cantidad necesaria de eritrocitos.
La eritropoyetinauna, que es una hormona que se produce en los riñones, es la encargada de estimular la médula ósea para que produzca eritrocitos. No debemos de olvidar que la producción de eritrocitos en el cuerpo humano se realiza principalmente en la médula ósea. Una anemia puede estar producida por numerosas causas, normalmente está producida por el déficit de ácido fólico, de hierro o de vitamina B12. Estas tres sustancias son imprescindibles para poder fabricar los eritrocitos, todas ellas están presentes en un dieta equilibrada. Si están bajos sus niveles puede ser debido a una mala dieta o por sufrir algún problema digestivo que reduzca su absorción. Por otro lado, la hemoglobina es una proteína que se encuentra en el interior de los eritrocitos y es la que realmente transporta el oxigeno. Lógicamente las personas con anemia también presentan bajos niveles de hemoglobina.
En cualquier caso, una anemia también puede ser secundaria a otras patologías como la artritis reumatoidea, el cáncer, las úlceras gástricas sangrantes, los hemorroides, la colitis ulcerosa o una leucemia. Incluso puede ser consecuencia de otras situaciones fisiológicas como el embarazo, las menstruaciones abundantes y la toma de ciertos medicamentos.
Los síntomas comienzan lentamente, incluyen cansancio, piel pálida, hipotensión, dolor de cabeza, caída del pelo, taquicardia, uñas quebradizas y dificultad para concentrarse. El diagnóstico parte de esta sintomatología y se confirma con un análisis de sangre. El tratamiento variará en función de cual sea el motivo que ha producido la anemia. Para terminar, hoy reconozco la gran suerte que representa el tener a una persona muy pendiente de nuestro estado de salud.