viernes 22 noviembre 2024
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A Jaime Molina «In Memoriam»

Mi familia y yo queremos compartir con los lectores de El Sol de Antequera la              emotiva y sentida carta que el escritor y anterior capitán de la Guardia Civil, José Luis Borrero González,  ha dirigido a nuestro querido padre, el guardia civil retirado Jaime Molina Muñoz que falleció el 24 de junio de 2017. Así mismo queremos manifestarle nuestro más profundo agradecimiento por el cariño y estima mostrado hacia nuestro padre.
CARMEN MARÍA MOLINA MELERO
                  
A Jaime Molina “In memoriam”
                                                                            
A través de esta carta quisiera dotar a mis palabras toda la carga de emotividad que fuera capaz de expresar, y transmitir el sentimiento y emoción  por haber conocido a un querido amigo y compañero, el Guardia Civil don Jaime Molina Muñoz (q.d.p) y hacerlo extensivo a toda su numerosa familia, a su esposa e hijos.
 
Conocer y compartir momentos con Jaime ha sido una de las experiencias mejores que me han pasado en la vida. Jaime tenía ese don de gente, de las personas que se hacen querer, que no necesitan protagonismo porque brillan con luz propia, y tenía esa gracia de hacer las cosas para que todos nos sintiésemos a gusto estando a su lado. Sí, amigo Jaime, por tu forma de ser, te has hecho querer.
 
 Sabes que te echaremos de menos y que tu familia sin ti y nuestra querida Guardia Civil, seguirá existiendo, lo entendemos, pero también sabemos que llegará algún descendiente que llevando tu sangre nos recordará que sigues ahí Jaime, que no te fuiste, solo te despediste con un hasta luego. Este humilde compañero da fe de ello.
 
La vida sigue, mas nuestra querida Antequera, no será igual, se le fue el color, el aire se llevará la majestuosidad de tu sonrisa, aunque en mi retina siempre estará tu figura, tu impecable manera de vestir, como si fueras a pasar una revista; los ajenos a nuestra profesión tal vez no sepan que es eso, lo cierto es que no pasabas desapercibido, y que conste que no lo hacías para tu vanagloria personal o hacerte el importante. Todo lo contrario, fuiste una persona humilde, sencilla, trabajadora, educada en modales y comportamientos, ¡que cosas!, con la falta que eso hace hoy en día, ¿verdad?
 
Gracias una vez más por haberme, permitido ser tu amigo, por compartir tus sentimientos, tu amor profundo por la Guardia Civil.¡La de cosas que me enseñaste! En tan poco tiempo, recuerdo esa pequeña biografía que habías hecho de tu vida, con esa máquina de escribir que en otro tiempo te tocó utilizar, en la que no vi ni aprecié un solo borrón. Recordabas a todos tus jefes con nombres y apellidos, sentías por ellos un profundo respeto independientemente de su comportamiento hacia ti, te beneficiaran o te perjudicaran con sus decisiones, de todos me hablaste con ese orgullo que solo las personas de bien saben hacer.
 
 Qué poder tienen las palabras y sobre todo cuando van referidas a nuestros seres queridos, cuando me hablabas de tus padres, qué cariño sentías por ellos, por tus hermanos y hermanas, para tu esposa no te faltaba un momento de alabarla y devolverle el amor que ella te daba, y por supuesto el de tus hijos, cuando me hablabas de ellos se te caía la baba, y te volvías una persona tierna en gestos y hechos. 
 
Últimamente algún que otro nieto y sobrino tampoco  se quedaba atrás, tenías palabras de cariño para todos. ¡La familia, lo primero! Por otro lado, permíteme que lo diga, a tu querida Guardia Civil, amigo cuando tocabas ese punto afloraba en mí un cariño hacia tu persona que me hacía emocionarme, como en la Patrona de 2014, recuerdo cuando el teniente Óscar me dijo: ”Mi capitán, ahí hay un guardia civil retirado que solicita permiso para hacerse una foto con usted y con la bandera”. Y no solo nos hicimos esa foto, que siempre ha permanecido en mi despacho en un lugar preferente, sino que nos hicimos muchas más.
 
Dicen que las personas mueren cuando ya nadie las recuerda, usted Jaime (era mi tratamiento para contigo), siempre estará conmigo mientras viva. Cuando nos vamos de esta vida, nos vamos vacíos de todo, aquí se quedan propiedades, lujos, envidias y un sin fin de cosas que no valen de nada, en esa dimensión que aquí no percibimos y sin duda existe; usted Jaime se va lleno de recuerdos ¡amigo mío! Usted sembró una gran cosecha con semillas llanas de amor, generosidad, sencillez, saber estar, don de gente, humildad y comprensión hacia los demás. Todos nos quedamos un poco tristes, pero con la enseñanza de ser mejores personas como usted fue. Ojalá podamos ponernos a tu sombra. ¡Hasta siempre mi amigo Jaime!
JOSÉ LUIS BORRERO GONZÁLEZ
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