Año tras año van sucumbiendo las casetas en las ferias de Antequera y más las de juventud, que en este agosto se han reducido a solo dos. ¡Algo habrá que hacer!
El cambio de recinto ferial y la entrada de la crisis agudizaron un problema que es ya preocupante en la ciudad. De tener una gran feria en el Centro en la zona del Mercado de Abastos y un gran ferial de casetas en el “campo de tierra”, Antequera quiso tener aires de capital y apostó por un macroproyecto de feria que no sólo no cuaja, sino que cada año queda más mermada.
La Real Feria se mantiene de día por el empuje de cuatro cofradías que aisladamente, crean sus propios ambientes, dejando atrás los años de cortes de calles y la necesidad de aliviar el sofocante calor que este año ha sido más agudo aún.
De noche, ya no el Casino, ni los sindicatos ni los partidos políticos apuestan por esas casetas que servían como punto de encuentro. Sólo las cofradías y algunos particulares sobreviven, en un lugar que es reclamo de los grandes conciertos gratuitos y de los “cacharritos” para los niños chicos. Falta el “gancho” para quedarse en el recinto y disfrutar de la feria. Pero, ¿y por qué no se queda la gente? Sin ir más lejos, en el concierto de David Bustamante se comprobó cómo más de la mitad del público se iba por la zona de aparcamientos, presumiblemente para regresar a su localidad.
Y la otra parte, por la otra zona, parando tímidamente en las atracciones mecánicas y en las cuatro casetas andaluzas, que no tenía colgados el “no hay mesas”. ¿Qué ocurre pues? Desde el Ayuntamiento exponen que más no pueden hacer al no cobrar ni tasa por montar ni el informe de bomberos. Los caseteros que el “botellón” es el peor enemigo y que aunque sea feria, es el lugar de los jóvenes.
Por cierto, pese a estar prohibido, entraron coches en la zona de ocio juvenil nocturno, donde los jóvenes piden seguir allí y argumentan que las copas están muy caras en las casetas.
¿Y qué dice la calle? Pues ahí de todo. Desde el que apunta que las ferias eran el único momento del año para que las familias se divirtieran, los niños se montaran en atracciones, los mayores bebieran su vino con el pincho y el plato de jamón y queso… y ahora no hace falta feria para pasarlo bien ni montarse en un coche con un personaje de dibujos animados.
¿Qué problema hay? ¿Acaso la gente no va a Málaga, Archidona o Campillos? Hay quienes insisten en tener que cambiar las fechas por coincidir con la capital, sobre todo. ¿Podría haber sido la feria esta semana que acaba de terminar?
También los hay que dicen que por lo que cuesta y la calidad de las casetas, mejor ir al bar de siempre. Cuestión de gustos. El caso es que si no se encuentra la solución, el próximo año podemos quedarnos casi sin casetas de noche. ¿Será momento de volver a proponer lo que el Ayuntamiento promovió de pequeñas casetas alrededor del escenario de las actuaciones musicales para solucionar el declive de las casetas?