Cuanto más visito otros lugares, más aprecio la categoría de ciudad que tenemos. Es una auténtica maravilla la belleza que ofrece Antequera , aunque cuatro gamberros se atrevan a manchar las antiquísimas piedras del Torcal con botes de espray de colorines que se usan en los disfraces y grafitis. Vinieron de Alemania, lo que nos da una idea clara de que allí se conoce y quisieron dejar un mal recuerdo, producto de la admiración y envidia, ante la grandiosidad del paisaje cárstico, no hay que olvidar que su superficie es más de mil doscientas hectáreas.
Y cada día hay más gente admirando su numeroso arte acumulado tras siglos. Se les observa con los cuellos erguidos no dejando escapar ningún detalle de cuantos la vista les alcanza a contemplar, y los ves extasiados. Y mientras esto ocurre, aquí nos despepitamos, llegando en muchos casos hasta el enojo, de las deficiencias de feria que muestra Antequera. Yo me pregunto ¿quién pone en marcha una caseta para la juventud, si ésta entra después de las cuatro de la madrugada?
El botellón, fábrica de futuros alcohólicos, es más interesante y más barato. Mientras no haya políticas coercitivas de beber en espacios públicos no habrá manera de quitar este vicio que han adquirido jóvenes y adolescentes. Nadie quiere ponerse en contra de posibles votantes, por si fuera necesarias sus papeletas. Y a mirar para cualquier otro lado. Pues si quieren mirar, ya que es punto de encuentro del tren turístico, autobuses playeros, bodas y todo tipo de eventos, mientras la espera, contemplen la fachada del cuartel de la Guardia Civil, y no me cuenten más excusas que es por poco tiempo, y verán atónitos el abandono que ofrece al ciudadano y al visitante que llega.
Se puede corregir con muy pocos medios pero no sé de quién puede ser la culpa de tener que mostrar en el lugar más visible y concurrido de Antequera, tamaña dejadez. Eso sí que es motivo de debate en el pleno municipal. Va mejorando, pero un punto negativo que aún muestra la ciudad es la falta de establecimientos hosteleros en días festivos. Todo es mejorable y es posible que haya voluntad de querer hacerlo.
