Mientras suenan en mi mente canciones del desaparecido Tom Petty, tecleo con relativa calma las palabras que escribo, porque según dicen los expertos este es el tiempo de la palabra. Hay que razonar por encima de los políticos que nos gobierna, ellos son incapaces, pero la irracionalidad de estos días no debe ser óbice para mantenernos serenos y sin rencores.
Está visto, ser neutral en un conflicto así es casi imposible, casi inhumano, y cuando llego aquí, siento que hay personas que han sido arrojadas contra otras personas por ese afán de poder. Policías y policías enfrentados entre sí, insultos y descalificaciones entre unos y otros por unas acciones o inacciones que les han mandado sus superiores y algunos superiores se llaman ministros y presidentes. Claro que estos a buen recaudo, cuidadito de tocarle un pelo. ¡Muy valientes todos y todas! Lo mismo es un micrófono en una cadena de radio o televisión que estar en directo sintiendo los palos o dándolos.
La toma de decisiones de los jefes están muy estudiadas, tienen un gabinete lleno de expertos que les dicen cómo, cuándo, porqué, ¿o se pensaban que esto es un estallido espontáneo?
Tal vez lo fácil es sacar las banderas a los balcones sean del color que sean, aunque lo que cambian son las franjas, no el color, curiosos ahora que me doy cuenta. Se ha organizado una buena, no cabe duda, todos hemos oído y visto, pero aun así tiene que haber un lugar para el entendimiento, hagamos un sitio para la cordura ciudadana, la política tardará.
Amo los lugares que visito y las ciudades y pueblos por los que camino. Amo la fraternidad y la solidaridad y esa tregua en la que la gente se mira y se desea los buenos días para que los días y las noches sean buenos de verdad.