Comentan los duendes que juegan por las noches en nuestra Redacción que una vez Antequera fue un objeto de sátiras y diversiones que se mezclaban con máscaras y ropajes que salían a la calle. Esos mismos duendes, también afirman que ese tiempo pasó y que el esplendor vivido se convirtió en prohibición, para luego intentar recuperarse.
El Carnaval en Antequera ha sido así, de estar en su punto más alto a desaparecer y a tener intenciones de todo tipo para lograr que arraigue en los ciudadanos. Como muy bien demuestra nuestra hemeroteca –esas páginas de prensa local que todos buscan, leen y luego callan– el Carnaval en nuestra ciudad es esa marea que sube y baja.
Los años 20 y 30 fueron de los más espectaculares, solo hay que repasar las instantáneas de entonces y reírte con la singularidad de las letras de sus murgas –recogidas en un magnífico libro de nuestro colaborador Juan Benítez Sánchez–. Todo celebrado en barrios como las Peñuelas y las fiestas en el Salón Rodas y el Círculo Recreativo.
De allí se pasó a la prohibición, nos encontramos en nuestros periódicos los bandos y anuncios de los alcaldes de entonces restringiendo cualquier tipo de fiesta o disfraz por el Carnaval. Esta circunstancia ha llevado a que nuestra ciudad haya querido en numerosas ocasiones recuperar esta fiesta buscando implicar a los ciudadanos al cien por cien en esta celebración.
Antequera volvió a tener su Carnaval, no sin los esfuerzos necesarios para conseguirlo, con fiestas como las del Círculo Recreativo. Así llegaron los años 80 y 90, donde la recuperación fue a más.
Así fue el Carnaval de 1991
La Fundación Animación Cultural Antequera se encargó de preparar unas fiestas de Carnaval que se desarrollaron en dos fines de semana: sábados 9 y 16 de febrero. Era su concejal de Cultura, Antonio Blanco.
El recién restaurado teatro del Instituto Pedro Espinosa fue el escenario elegido para vivir dos grandes tardes. La primera, con el Concurso de Agrupaciones Carnavalescas, con un espectáculo que comenzó a las 7 de la tarde y terminó pasadas las 2 de la madrugada. Allí se dieron cita 11 formaciones, tres de ellas antequeranas: Sociedad Excursionista, Club Fuentemora y Barrio de Santiago. Lo mejor, que tanto las locales como las foráneas –de Campillos, Ronda, Marbella, Arroyo de la Miel y Genalguacil– optaban a los premios, circunstancia beneficiosa para el espectáculo y público que llenó el teatro quedándose gente sin sitio.
Los ganadores fueron “El Sargento Viruta y un montón de reclutas” de Marbella con gran calidad y experiencia. En segunda posición quedó la agrupación de Campillos “Las mozas de l’aguardiente” y en el tercer puesto, siendo los primeros locales, “Nos mantenemos a flote… con el agua hasta el cuello” de la Excursionista.
En la segunda tarde de Carnaval, el sábado 16, el teatro del Pedro Espinosa acogió el Concurso de Disfraces Infantil y Adultos con premios para los mejores en las distintas modalidades. Aquel día, hubo chubascos y bastante frío, por lo que el Carrusel preparado fue bastante deslucido; saliendo desde Capuchinos, Avenida de la Legión, Alameda, Infante y San Sebastián, regresando de nuevo a la calle principal donde se quedaron con la calle cortada, con escenario y música en directo en la puerta del Ayuntamiento.
A pesar del mal tiempo, los ciudadanos tenían ganas de fiesta y salieron a la calle abarrotándola de máscaras y diversión, con bares abiertos, las agrupaciones antequeranas como la de Fuentemora cantando en plena calle y la Orquesta Torcal haciendo las delicias musicales en una fiesta de Carnaval vivida con gran intensidad.
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