unas barras de madera, acordonadas, nos indica la subida hacia Menga y Viera, evitando los escalones que había hace unos meses en el lugar. Además, se han colocado plantas autóctonas como romero, lavanda o tomillo.
Algo más ha cambiado: ¡por fin se colocan carteles con advertencias! Grandes paneles antes de llegar detallan que
“por razones de seguridad y conservación, está estrictamente prohibido subir a los túmulos”. Además, se advierte de tirar la basura en papeleras, prohibido entrar con animales, fumando, en ropa inadecuada, en bicicleta o con comida.Unos pasos más adelante, otro cartel recalcando dónde están exactamente Menga y Viera. ¡Hemos llegado!
Aunque la vigilancia al principio se hace evidente, en ninguno de los dólmenes hay personal de seguridad, por lo que podríamos burlar las advertencias y no seríamos vistos in situ. Entramos a Viera: todo sigue como siempre, sorprendidos ante la espectacularidad de la construcción… Pero advertimos otro cambio y es que, ya era hora, una cámara de seguridad vigila nuestros movimientos. También las hay en el exterior, junto a los túmulos y extendidos en grandes barras que, aunque no queda excesivamente natural, no entorpecen la visita.
Ni siquiera la cámara junto a Menga, que no entorpece la mirada hacia la Peña de los Enamorados, porque precisamente no se puede llegar a dicha cámara andando y colocarse delante, porque la zona se encuentra acordonada y con el paso prohibido.
Y el Museo Dolménico, ¿para cuándo…?
La visita a Menga se hace amena, pero con el triste “mamotreto” edificado en obras. Eso sí que dificulta la vista hacia la Peña, no porque lo impida, sino simplemente porque aún no ha finalizado y se puede ver demasiada maquinaria y escombros alrededor, esperando a que su finalización no se extiende más allá de lo previsto.Una inclusión en la UNESCO de los Dólmenes que está obligando a que la visita a nuestros monumentos arqueológicos sea mejor.
Aún falta para que sea perfecta, mejorándose cuando acabe el deseado Museo. Mientras tanto, no pierdan la oportunidad de conocer nuestra historia, porque ¡somos Patrimonio Mundial!
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