Tiene esta sociedad nuestra una singularidad que la hace diferente de cualquier centuria pasada y no es otra que la facilidad y asequibilidad de los mecanismos de conexión entre los individuos que la conforman. Una conectividad que crece vertiginosamente hasta el punto de que determinados programas o aplicaciones eran inimaginables hace pocos años y hoy nos generan la necesidad imperiosa de sentirnos adheridos a ellos: “So sin mi móvil y menos aún sin mi whatsapp…”.
Reconozco mi admiración por Mark Prensky, especialmente desde que como otros docentes, tuve acceso hace años a su obra. Fue el primero en describir a los nativos digitales como las personas que, rodeadas desde temprana edad por las nuevas tecnologías y los nuevos medios que consumen masivamente, desarrollan otra manera de pensar y de entender el mundo. Por oposición, nos definió como inmigrantes digitales a las personas nacidas y educadas antes del auge de tanto adelanto. Vemos que los nativos están muy acostumbrados a recibir y procesar la información mucho más rápido que los inmigrantes y que son capaces de realizar multitareas, mientras que los demás hasta llegamos a dudar de que los niños puedan aprender mientras ven televisión, escuchan música, y están en conectados.
Ellos llegan al conocimiento con suma facilidad a través de le red, y a este conocimiento ya no se accede únicamente por las explicaciones en clase. He aquí el verdadero reto de los profesores: ser lo suficientemente competentes para orientar hacia el saber y los verdaderos valores que la sociedad requiere de sus miembros. Serán más buenos en su labor cuanto más adecuada sea su preparación técnica e instrumental y su capacidad de liderar un grupo hacia el verdadero fin de la escuela. De nada servirá si las administraciones competentes no son capaces de optimizar un plan coherente para dotar de los medios suficientes a todas las partes.
Son días de ingreso de alumnos de los diferentes niveles educativos y entre ellos merece la pena mencionar que en el Centro de Educación Permanente Ignacio de Toledo de Antequera, cada curso se agotan unas 700 matrículas de las cuales, 250 corresponden a personas en el plan TIC (Informática). Reducir la brecha digital, el espacio que separa a nativos e inmigrantes, es uno de los principales objetivos que se plantean cada año y produce una enorme satisfacción comprobar cómo nuestros mayores encuentran sentido y dejan de ver una barrera insalvable el acceso a las nuevas tecnologías.