Otro acontecimiento espectacular, en el que participa Moisés y que aparece en el filme protagonizado por Charlton Heston, es el paso del pueblo judío a través del mar Rojo. Egipto acaba de sufrir las diez plagas. Cuando mueren los primogénitos, incluido el hijo del faraón, este permite a Moisés y a Aarón que abandonen el país.
El pueblo hebreo se pone en camino. Lo guía Dios por medio de una columna de nube, de día, y una columna de fuego, de noche. No lo lleva a la tierra prometida por el camino más corto, evitando así el enfrentamiento con los filisteos, sino por un recorrido más largo por el desierto.
Por fin, los hebreos acampan frente al mar Rojo. Pero el faraón se ha arrepentido de haber perdido esa mano de obra esclava. Sale con el ejército en su persecución. Alcanza a los judíos, cuando están acampados frente al mar. Israel está atrapado: por un lado, el infranqueable mar, por el otro, los egipcios. Entonces, Dios se manifiesta de modo extraordinario. Se interpone entre su pueblo y los egipcios para que estos no ataquen.
Le dice a Moisés que extienda su brazo con su cayado sobre el mar para que se divida en dos y puedan cruzarlo en seco. Al mismo tiempo, Yahvé hace soplar un viento durante toda la noche que seca las aguas del mar. Abierto el camino, los israelitas pasan por el seco lecho marino mientras las aguas forman una muralla a cada lado de ellos. Al ver esto, los egipcios se adentran en el lecho del mar para perseguirlos.
Pero Dios hace que las ruedas de los carros se enreden unas con otras y se desplacen penosamente. Entonces, los egipcios comprenden que Yahvé está con los hebreos, por lo que dejan de perseguirlos, dan marcha atrás y huyen. Pero Dios dice a Moisés que tienda su mano sobre el mar de forma que las aguas se cerrarán sobre los egipcios y todo el ejército perecerá. Los israelitas, por el contrario, cruzarán el brazo de mar, siempre con las aguas formando murallas a sus lados, hasta alcanzar la otra orilla.
Han alcanzado la liberación.¿Ocurrió así? En la Biblia se funden dos versiones: una, más verosímil, en que Dios mandó soplar el viento para que bajase la marea y los israelitas pudiesen pasar; la otra, idealizada, nos dice que las aguas se dividieron, formando una muralla a cada lado de los hebreos, quienes pasaron cantando; las mismas aguas se precipitaron y ahogaron a los egipcios.