Manuela Vallés comenta en una entrevista, que ha trabajado en quitarse los miedos. Por supuesto, como todos. La palabra miedo está adjudicada de manera equívoca a películas de vampiros o de un extraordinario inframundo que aparece cuando menos te los esperas.
Cuando leemos esta afirmación en una actriz, presentador, deportista o escritor, nos parece un heroísmo sin límites y convertimos a éstos en héroes o heroínas, que no digo yo que no lo sean, pero usted y yo también.Miedo me da a mí, este es otro tema por supuesto, las elecciones que ahora tocan en Andalucía. Que no venga nadie a nuestra comunidad a decirme que nos van a dar esto y lo otro, a enseñarme cómo tengo que comerme una ración de pescaíto, a hablar como si fuéramos tontos, a vocearnos desde los carteles o desde los estrados, a jurar por todo lo más sagrado, que ellos nos van a salvar en un abrir y cerrar de ojos de todas nuestras carencias.
Varita mágica para Andalucía Andalucía. Comunidad con la mayor tasa de desempleo para empezar, porque la lista es larga desde hace tiempo. Ya tiene para empezar. “Cuando gane las elecciones”. Y aquí vienen más promesas a ver si cuelan a ver si nos abducen. Usted ya ganó, señora, señor, están ahí y no ha hecho nada, o bien poco. Evidentemente cambiarlo todo también se cuela en los mítines.
Y no me digan que no queda raro escuchar que nos devolverán Andalucía a los andaluces. Los andaluces ya tenemos nuestra comunidad y la queremos. Tenemos bandera, escudo e historia. Lo que necesitamos son más ayudas reales en sanidad, en educación, en infraestructuras, industria. Está todo por hacer.Esto debería ser al revés.
Ustedes, señores y señoras de partidos políticos, consigan lo que prometen y luego votaremos al más honesto, al que haya hecho lo que vendía. Vienen a Andalucía con séquito y cuando acabe esto, se quitarán el disfraz de buenos políticos y se marcharán a su casa y a otra cosa mariposa.