Y hacer políticas medioambientales que puedan revertir la situación a la que estamos abocados con el cambio climático. Estos insufribles calores de mayo es una clara muestra de que nuestro planeta necesita un cuidado especial que estamos obviando. Pocos políticos y menos ciudadanos hacen un continuo hincapié en la llamada a la conciencia colectiva para el cuidado de la Tierra.
Sabemos de chica sueca de mirada transparente y largas trenzas, Greta Thunberg, que en septiembre pasado hizo una llamada pacífica y enérgica para que los gobernantes tomaran cartas en el asunto, ha conseguido extender su protesta y ser aclamada por miles de ciudadanos convencidos que hay que cambiar el uso y empleo de los recursos. Si queremos que la Tierra sea cobijo para muchas generaciones venideras hay que exigir medidas contundentes, que no siempre van a ser populares y las más de las veces crean rechazo a corto y medio plazo. El subsuelo se agota y la atmósfera se carga de sustancias contaminantes.
Y todos somos culpables porque sabiendo que no tenemos sustituta, nos encogemos de hombros con un pensamiento de no poder hacer nada y de que la solución pasa por otros.Hay que dejar de ser pasivos y protestar. Actuar desde lo pequeño. El reciclaje en los hogares domésticos y que se cumpla estrictamente por los servicios operativos de los municipios. Que estén dotados de medios para hacer efectivo el reciclaje en toda la cadena y no sirve de nada el empeño, si las prisas o dejadez hacen actuar de manera fullera. Hay una medida de Manolo Barón, en campaña electoral, que nos esforzaremos para que se cumpla, que me parece excepcional.
La gratuidad de transporte público a los colectivos de jóvenes y mayores. Es una apuesta que merece un apoyo de toda la población. Además de conseguir un pequeño desahogo en los bolsillos, va a contribuir al mejor desarrollo de transporte urbano, menos residuos contaminantes y aligerar el trafico particular que en Antequera es casi insoportable.