Todos los vecinos coinciden en lo mismo:
“Podría haber sido mucho peor, pilla a algún vecino tocando algún enchufe o limpiando y se queda allí”. También hablamos con otra de las vecinas, María de los Reyes, que aún tiene dolor en los tímpanos tras el fuerte estruendo:
“Estaba con mi nieta, mi yerno, mi hijo. Tenía la ventana abierta porque hacía calor. De repente, empezó a tronar y vimos el rayo caer en una pared y empezó a saltar humo”.
Tras ello,
“se me apagó todo, pero no se me ha roto nada. He tenido mucha suerte”, añade. Ahora, los vecinos valoran los daños ocasionados, asustados todavía tras una tormenta que pudo haber sido peor.
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