El interior de la provincia de Málaga tiene un triángulo de oferta promocional formado por Antequera, el Caminito del Rey y el Museo de Belenes de Mollina. Ideal para visitar cualquier época del año e imprescindible en Navidad. Todo, gracias a la Fundación Díaz Caballero, donde Antonio Díaz, Ana Caballero y sus dos hijos, Antonio Jesús y Ana María, se proponen exponer esta tradición tan nuestra. Tras conocer a Antonio Bernal, considerado como uno de los mejores belenistas de España y del mundo, empezó un sueño que lleva ya dos años hechos realidad, en los que ha superado las 100.000 visitas. Con ellos dos, conversamos al final de una tarde de conocer su obra en profundidad.
Conocíamos el Museo de Arte de Belenes en visitas de políticos y ruedas de prensa, pero nunca nos habíamos detenido con nuestra cámara para realizar un reportaje propio y menos, con dos guías de lujo, sus promotores, Antonio Díaz y Ana Caballero, Ana Caballero y Antonio Díaz, tanto monta, monta tanto, los “reyes católicos” de los Belenes en el siglo XXI.
Antes de despedirnos, nos pregunta Ana: “¿Necesitas algo más?”. Sin pensarlo, se nos ocurre: “¿una entrevista diferente aquí improvisada delante de uno de sus Belenes?”. Y sin dudarlo, ambos se sientan y empezamos a dejarnos llevar por la magia del espíritu de la Navidad ante la escena “Belén al aire” de José Joaquín Pérez Jaime.
Empezamos con ella y le preguntamos qué opinaría el Niño Jesús al ver su Museo: “El Niño Jesús aquí está supercuidado, yo creo que tiene que estar contento porque nosotros lo queremos mucho y además lo estamos dando a conocer y queremos que los niños de hoy pongan su Belén en su casa que lo mimen y lo cuiden tanto como nosotros”.
Un museo de arte, pero hecho con fe, a lo que Antonio nos expone: “Evidentemente, si no hay esa creencia y esa fe no tiene mucho sentido esto, pero hay que valorar: creencia, fe y luego va añadido de arte y va añadido de escultura, va añadido de paisajes y esa unión hace que esa fe sea representada de una forma muy bonita, muy elegante”. Su mujer, por su parte, quiere añadir: “Si no vamos poniendo la fe con el arte no llegas a esto, a un Belén artístico donde compaginan las dos cosas, van unidas de la mano, por eso te decía que el Niño Jesús estará contento y nosotros también por este Museo”.
Dos años y en puertas del 800 aniversario del Nacimiento de San Francisco de Asís, con quien empezó este arte: “Así es; en el 2023 se va a hacer un congreso internacional de belenistas en el que tenemos la suerte que el país que ha sido elegido es España y dentro de España, Andalucía. La sede será Sevilla porque vienen más de 2.000 personas de treinta y tantos países. Pero una de esas visitas obligadas, o la fundamental, casi diríamos, será el Museo de Belenes de Mollina. Entonces San Francisco de Asís va a estar muy contento con nosotros también”, expone Antonio.
¡Qué contento debe estar el santo de Asís al ver la escena en la que un niño defiende las figuritas de su Belén y no se deja tentar por Santa Claus!: “Yo creo que los belenistas que hacen este tipo están un poco ‘tocados’, son artistas y tienen un don. El que ha hecho esa escena que tú estás mencionando es Coto, de San Fernando de Cádiz, y él quiso señalar la religión anglicana, la religión germana y la religión cristiana, pero cuando veáis esa escena os vais a dar cuenta que el niño con la que se queda es con la cristiana”, subraya Antonio.
A Ana le preguntamos cómo tienen planteado garantizar el futuro del museo: “Nosotros queremos seguir apostando por el belenismo, que nuestra tradición y nuestra historia se conserve. Nosotros somos una fundación que lo queremos es ser el refugio para el arte y la tradición del Belén”, por lo que la fundación creada está organizada para mantenerlo.
Las tradiciones de montar el Belén
Con Antonio conversamos sobre la influencia de costumbres y tradiciones de otros países que inundan cada vez más nuestro país: “Yo creo que todo el mundo debe de respetar las creencias, el sitio donde ha nacido y nosotros queramos o no, hemos nacido en España, hemos nacido en un país occidental y en un país donde la religión que hemos vivido es la religión cristiana. ¿Por qué vamos a renegar de nuestras tradiciones, de nuestras zambombas, de nuestras panderetas, de nuestros villancicos o de nuestro portal de Belén?”.
Está claro el papel de la Fundación, pero… ¿quién monta los Nacimientos?: “Se puede decir que nuestra familia ha creado la Fundación Díaz Caballero y es la que ha puesto un poco el patrimonio económico para hacer esto, pero esto no sería nada sin todos los belenistas de todo el mundo, que de una forma desinteresada han colaborado haciendo esas escenografías. Nosotros sin ellos no seríamos nada y ellos tienen aquí un sitio muy digno para representar sus obras de arte”. A Ana le preguntamos cómo llamarlo, si Belén, Nacimiento…: “Depende del sitio se le dice el pesebre, el presepio, krippen, nacimiento… nosotros tenemos de todo el mundo. Aquí, se monta el Nacimiento”.
Hablan de todo el mundo, ¿de qué países y zonas se pueden contemplar en su museo?: “Aquí fundamentalmente los belenes son de Italia y de España, pero también tenemos belenes austriacos, alemanes, de Centro América…”, cita Antonio. Puestos a creer, más aún en Navidad, uno se imagina estar aquí de noche con tantas figuras y que al día siguiente, estén en el mismo sitio. ¿Cómo consiguen cambiar escenas y figuras para darle vida y que se visite una y otra vez y se vea algo diferente?: “Nosotros queríamos que el museo estuviera vivo y todos los años cambiamos un porcentaje muy grande de los belenes que hay, para que cuando venga el público todos los años vea belenes nuevos, incluso no pasaría nada si no se cambiara tanto, porque hay tantos belenes que en una visita, en un día no se ven todas las cosas que se deben de ver en un museo”.
A Ana le preguntamos por su primer recuerdo al lado de un Nacimiento: “En casa con mis padres en la chimenea, con el Belén”. Mientras que con Antonio: “Yo recuerdo esas figuritas de plástico que mi padre me compraba en Madre de Dios, ahí en Antequera, el castillo de Herodes… Y cómo me subía en el tejado con 5 años y cogía el musgo de las tejas. Y las ganas que teníamos de que se terminara el chocolate para coger el papel de orillo para hacer el río. O esos recuerdos de hacer los mantecados en casa con los abuelos, los villancicos, la zambomba, montar el nacimiento”.
El inicio de coleccionar los Belenes
Seguimos con su esposa, por cómo empezó la colección de Nacimientos en su casa: “El mismo año que nos casamos, en 1983, Antonio trae de regalo en una pequeña caja de zapatos un misterio de Jesús Jiménez Mariscal, un belén a palillo. A partir de ahí, todos los años, nosotros trabajábamos de maestros, hacíamos el belén en la escuela, pero en casa también. Los niños hacían el de Playmobil y nosotros el de Jesús Jiménez hasta 600 piezas, para lo que había que desmontar el salón entero”.
Volviendo al Museo de Belenes, le pedimos a Antonio Díaz que si tuviera que elegir alguno de los Nacimientos, cuál sería: “Aquí hay varios belenes que transmiten mucho, uno es el de la guerra, una guerra que por desgracia en muchos países del mundo se produce, entonces hubo un belenista que quiso representar un niño en medio de una calle de ruidos, con un belén donde hubiera paz, cordura, hubiera esperanza. Y luego hay otro belén muy actual en el que se transmite ahora en el siglo XXI, otra huida, del escultor José Ángel García que hizo un hombre y una mujer con un niño atravesando las aguas con las arenas, como huyendo de la guerra, como San José y la Virgen huyeron para que no le mataran al niño hace 21 siglos y como aún ahora todavía siguen pasando eso, pues ahí está”.
Llegamos al final de la entrevista a pie de belenes donde tras ver su amplio trabajo y dedicación, nos resumen: “Una de las cosas que nos gustaría, pero para todo el mundo, que haya paz, cordura y convivencia en el mundo entero”. ¡Ése sería el gran Nacimiento que nos gustaría montar!
A Ana le pedimos nos adelante lo que le pide al Niño Jesús: “Lo primero, siempre la familia, vivirlo con mucho cariño y con mucho amor. Apoyo de la familia siempre, una familia unida para nosotros es lo principal”. Y a Antonio, su deseo ante Nochebuena: “Algo que inevitablemente no siempre se puede conseguir, pero es que hubiera paz para todo el mundo y que en esta Nochebuena, todo el mundo pudiera comer. Desearía que todo el mundo pudiera vivir en paz, no tuviera que vivir escondido, en guerra y que todo el mundo tuviera un cobijo”.
Aquí queda esa entrevista que surge tras recorrer paso a paso, todo el mundo de belenes que alberga con cariño y mimo el Museo de Arte Internacional de Belenes de Mollina, de mano de sus dos figuras principales: Antonio Díaz y Ana Caballero, Ana Caballero y Antonio Díaz… con una labor que queda hasta reflejada con su rostro en dos figuras de la Sala de la Gruta de los Belenes. Si no lo conoce, está a tiempo de dejarse llevar por el espíritu de montar un Nacimiento.