Señor, ¡qué bien nos viene este evangelio en este tiempo de confinamiento que estamos viviendo! ¡Cuánto estamos necesitando de buenos pastores! En un tiempo tan difícil de creer en aquellos que nos gobiernan, viene Jesús a decirnos: Yo soy el Buen Pastor. Y el Buen Pastor es aquel que da la vida por sus ovejas… y no del que se sirve de sus ovejas… Domingo para reflexionar sobre esta imagen tan popular en la Iglesia y para pedir por las vocaciones sacerdotales y religiosas que tanto estamos echando de menos. Al usar esta comparación Jesús nos da una lección al acomodarse a la hora de hablar a los que recibían el mensaje, usando imágenes y símbolos que ellos entendían perfectamente.
!Qué lejos de nuestro tiempo también en esto! Podemos afirmar que los que le escucharon entendieron sin problema lo que Jesús quería comunicar con estas palabras, porque entendían lo que era un pastor. En los orígenes del arte cristiano, especialmente en las catacumbas romanas, la imagen del Buen Pastor referida a Jesús, es mucho más usada que la imagen de Jesús crucificado. El arte y la piedad popular la pintaron y esculpieron en infinidad de monumentos, esta página evangélica estuvo muy presente entre los primeros cristianos que representaron a Jesús como el Pastor que cuidaba de los suyos y los guiaba a los buenos pastos. La imagen que Jesús se atribuye, no deja de suscitar en nosotros, sentimientos de amor, seguridad y alegría porque sabemos que El no nos defrauda.
Es una buena imagen para representar a Jesús como centro y guía de los que quieran seguirle. Pero, bien avanzado ya en el siglo veintiuno, a nuestra puerta están llamando constantemente “nuevos pastores” que nos invitan a seguirles, nos ofrecen quizá un mensaje que nos resulta atractivo, aparentemente beneficioso para nosotros, con cosas que nos entran por los sentidos casi sin darnos cuenta, y nos prometen la felicidad, la satisfacción, el bien estar…. Cosas y consejos que nos tientan tan fuertemente que muchas veces nos decidimos a seguirlos. No digo que abandonemos totalmente al Buen Pastor, no, si lo hubiéramos hecho no estaríamos en este camino, no echaríamos en falta la Eucaristía del domingo ahora que no podemos celebrarla todos juntos y tenemos que conformarnos con seguirla por los medios de comunicación, no seguiríamos pidiendo los sacramentos, no seguiríamos rezando los unos por los otros, o por los que ya no están y que se han ido a causa del Covid-19. Pero si hacen que nuestra relación con el Buen Pastor se enfrié notablemente.
Quizá el defecto mayor de muchos creyentes de hoy, es que nuestra fe pesa e influye cada vez menos a la hora de tomar las grandes decisiones de nuestra vida, no es tenida en cuenta cuando debemos decidir sobre algo determinante. Una de las características de este pastor es que no fuerza a nadie a seguirlo, no nos obliga, los que nos decidimos a ir tras él es porque hemos querido, porque hemos descubierto que seguirle merece la pena, lo que nos pide entonces es que seamos más consecuentes con lo que esa opción significa, es que seamos más serios a la hora de demostrar con palabras y con hechos lo que nos nuestra fe nos exige. Por eso en este cuarto domingo de Pascua, me sigo cuestionando ante el Señor, la profundidad de mi seguimiento, la hondura de mi fe, y la coherencia de mi conducta. Hay una petición que también deberíamos acostumbrarnos a pedir todas las semanas: Señor auméntanos la fe. Porque al final el problema es ese la debilidad de nuestra fe, la debilidad de nuestra opción por Él.
Unidos a toda la Iglesia, en la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones pedimos que el Señor siga suscitando hombres y mujeres dispuestos a seguirle con toda la valentía que hoy necesita la Iglesia y el mundo. Al mismo tiempo seguimos recordando a los fallecidos y enfermos del Covid-19, a los sanitarios de todas las especialidades y ramas, al personal de ambulancias, a los de la limpieza…. Y a todos los que están trabajando para que nosotros podamos seguir llevando una vida más o menos normal. Ellos están siendo desde sus trabajos “buenos pastores”. ¡Que Dios os proteja y pague todo el bien que nos estáis haciendo!
Información básica para el coronavirus
·Teléfonos exclusivos para el Covid-19 “coronavirus: 900 400 061 y 955 54 50 60 (Salud Responde).
· No usar el 061 ni el 112: Las autoridades piden que no se llame a esos números porque colapsan las centralitas e impiden la atención de otros casos en los que hay una urgencia vital. Los números a los que hay que llamar para consultar dudas y hacer preguntas sobre el coronavirus son el 900 400 061 y el 955 54 50 60 (Salud Responde).
· Qué es el coronavirus: Virus que circulan entre animales, pero que algunos pueden afectar a los humanos, el nuevo se identificó en China a finales de 2019.
· Los síntomas: Fiebre, tos y sensación de falta de aire.
· Prevención: Lavar las manos frecuentemente. Evitar tocar los ojos, la nariz y la boca. Al toser, cubrir la boca con un pañuelo desechable o contra el brazo con el codo flexionado. Con síntomas respiratorios, evitar el contacto próximo con otras personas.
· Con síntomas: No acudir al Hospital, sino llamar a los teléfonos indicados: 900 400 061 y 955 54 50 60 (Salud Responde).