Uno de los lugares más frecuentados por los mayores, el Centro de Día de calle Calzada, reabrió sus puertas el lunes 6 de julio, pero se ha quedado vacío, con apenas entrada de 5 usuarios al día, de la media de 200 que tenía antes de la pandemia, por lo que el bar pide su cierre hasta que se supere esta situación.
Juan Podadera expone que “a pesar que estamos ya abiertos, se comprende el miedo que tienen por salir y los sitios cerrados. No podemos permitirnos estar abiertos hasta que regresen, ya que con cinco cafés y dos desayunos al día, con esa venta, no podemos vivir mi mujer y yo que somos autónomos. Pedimos a la Junta que nos cierren para que podamos optar a la ayuda que hemos tenido estos meses, mientras que no vuelva la gente, y luego volver a trabajar como siempre hemos hecho”.
Por su parte, Francisco Sol, director del Centro de Participación Activa para Mayores, apunta que él hace lo que le marque la Junta, pero que entiende que mientras siga la situación, no tiene sentido estar abiertos por el daño que se le hace a la cafetería y la peluquería que son dos concesiones.
“Hemos llamado a usuarios y prefieren quedarse en casa ante el temor de los rebrotes y porque no pueden jugar, leer ni hacer talleres, sólo pueden entrar y sentarse”.
