El XI Premio a la Solidaridad en Antequera ha recaído este año en Diego González Aguilera, responsable que ha sido de ADIPA desde 1977 hasta que se ha jubilado este año como gerente. Lo recibió este jueves 10 de diciembre en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Antequera, de manos del alcalde Manuel Barón y del teniente de alcalde de Programas Sociales, Alberto Arana.
Con las medidas restrictivas por la pandemia y una mínima representación de colectivos de la ciudad (entre ellos el actual presidente de ADIPA, Mariano Mir Muñoz), además de Barón y Arana estuvieron el teniente de alcalde Juan Rosas y los concejales: Sara Ríos, Francisco Calderón, Pilar Ruiz y José Manuel García Puche.En primer lugar, el Alcalde destacó lo oportuno de la elección del premiado de este año, destacándose del mismo cualidades como su humildad, su humanidad y su solidaridad en beneficio del conjunto de la sociedad local.
El objetivo de este galardón es el de reconocer la labor solidaria y el compromiso de personas o entidades que con sus acciones o iniciativas hayan mejorado la calidad de vida de personas en una situación social desfavorecida.Tras él, intervinieron el teniente de alcalde delegado de Programas Sociales y Cooperación Ciudadana, Alberto Arana, y la concejal de Familia, Equidad y Accesibilidad, Sara Ríos, que expusieron el currículum de este vecino de Villanueva del Trabuco quien tras estudiar Trabajo Social por la Universidad de Málaga, se incorporó a ADIPA meses después de su fundación, siendo presidente el recordado Antonio Rodríguez.
Arana destacó de él ser un “referente por haber realizado un estudio sobre la discapacidad durante su formación, demostrando desde el primer momento ser una persona con una gran sensibilidad por las personas con discapacidad y una gran empatía hacia las mismas”.
Tras jubilarse el 24 de julio de este año, sigue colaborando con ADIPA y con el comedor social Casas de Asís y el proyecto “Human Copp” del doctor Martínez Palma. Seguidamente se procedió a la entrega del reconocimiento al que Barón insistió que se lo merecía “porque darle a una persona como Diego este premio en un momento tan complicado como el que estamos viviendo con tantísimas dificultades, es de justicia y todo un honor. Te lo mereces de corazón por tus muchísimos años de dedicación absoluta a tu vocación de servicio a los demás; enhorabuena porque has sido un puntal sinceramente insustituible no ya en ADIPA, sino en todo lo que significa el rico y extenso entramado social que tiene Antequera. Has servido de ejemplo de dedicación, de entrega, de compromiso y de tantas y tantas cosas que Antequera, por personas como tú, es una ciudad rica en el amor a los demás, al prójimo, a nuestros compañeros y a nuestros vecinos”.
Agradecimiento de Diego González
Sentado en el centro de la primera fila de la parte del público, tras recibir el premio tomó la palabras desde el atril donde tras saludar y dar las gracias a todos los presentes, compartió: “Sinceramente, no me lo esperaba ni considero ser merecedor de tan importante premio. En Antequera hay instituciones que trabajan todo el año por los demás. No voy a dar nombres, pero todos las conocemos”. También apuntó que “existen en nuestra ciudad multitud de personas físicas, que llevan años esforzándose diariamente por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente por los más vulnerables. Por ello creo que el Jurado debería haber pensado en cualquier institución o persona de ellas para tan digno premio”.
Demostró su humildad y no obstante dio las gracias “por haberme votado y a los Servicios Sociales y al Excelentísimo Ayuntamiento de Antequera por hacerlo posible,pero como me temo que ya no hay vuelta atrás, seré breve: voy a hablar un poco de ADIPA, cómo no, de mi experiencia el año pasado como voluntario en el Sahara y mi experiencia actual en el Comedor Social de Antequera”.
De ADIPA lo tuvo claro: “Ha sido y es todo para mí. Mi primer y único trabajo durante 41 años, mi empresa, mi familia, mi vocación. Ha llenado por completo mi vida y me he realizado como persona y como profesional. Llegué allá por el año 1977, con 23 años. Comenzamos con un aula de Educación Especial en los locales de la iglesia de San Miguel y yo, carpeta en mano, haciendo un censo de los “subnormales” de Antequera, que era como se les llamaba en aquellos tiempos. ¡Qué deciros, cada logro conseguido era una victoria para los padres, para la Junta Directiva y para nosotros los profesionales!”.
Duras palabras, pero reales, y agradecido por lo conseguido en estos años: centro ocupacional, centro de día para los más dependientes, residencia de gravemente afectados, viviendas tuteladas, centro especial de empleo y la residencia de adultos que se está construyendo.Todo para dar respuesta a la pregunta que se hacían los padres: “qué será de mi hijo el día que yo ya no esté”.
Recordó a las distintas juntas directivas presididas por Antonio Rodriguez, Cristina Marina, Alfonso Cabello y ahora Mariano Mir. De dos trabajadores que comenzaron en 1977, hoy dan empleo entre 175 y 180 personas, atendiendo a más de 300 personas con discapacidad en el año 2019 en los distintos centros.Este premio ha sido recibido anteriormente por el Centro de Transeúntes, la Plataforma Antequera Solidaria, la Asociación Resurgir-Proyecto Hombre, CALA, las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones, el sacerdote Félix Urdiales, los abogados Jesús Pedrosa y Teresa Romero, la ONCE, el doctor Manuel Martínez Palma y la Asociación de Discapacitados Físicos Singilia Barba.