domingo 24 noviembre 2024
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La Navidad antigua y los villancicos populares

En este atípico año de 2020 que nos ha tocado vivir, con este “perimetrado” de las ciudades y pueblos, la escasa o nula movilidad y la prohibición de reunirse… Y tener que llegar a casa antes de una hora determinada, todos estamos ya, hablando  y comentando, que la Navidad va a ser distinta y no la tradicional que hemos celebrado en años pasados. Hay discusiones en torno a la palabra “allegados” que cada uno lo interpreta a su manera, eso sí… Dependiendo de qué ideología política es, cuando todos conocemos a la perfección el significado exacto de esta palabra, ya que la hemos usado y seguimos usándola en multitud de ocasiones.

Cuántas veces nos habrán preguntado por alguna persona, nos han insinuado que si es familiar y siempre le hemos dicho lo mismo: “Casi familiar, un buen allegado a la familia, de siempre”. ¿A qué tanto ruido para interpretar este significado que ya sabíamos? Si no, la RAE nos lo define muy acertadamente en su segunda acepción: “Dicho de una persona: Cercana o próxima a otra en parentesco, amistad, trato o confianza”. ¿Alguna duda? Interesa polemizar y hacer daño, lo más posible, al rival político, para mí nunca será un enemigo, en todo lo que diga. Ya nos tienen nuestros políticos, sean del signo que sean, acostumbrados a esto, sin darse cuenta que ya estamos mejor preparados que hace años, cuando no se tenía acceso obligatorio a la Educación y el analfabetismo rondaba en España el 80 por ciento, para darnos cuenta de sus intenciones.

Pero yo hoy me voy a centrar en la otra palabra clave de estos días: Tradicional. ¿Qué se entiende por tradicional? El Diccionario de la RAE nos lo define muy bien, con tres acepciones: “1.  Perteneciente o relativo a la tradición. 2: Que se transmite por medio de ella. 3. Que sigue las ideas, normas o costumbres del pasado”. Pero hay que saber con exactitud cuándo empieza este pasado y más aún, ¿cómo llamaríamos o definiríamos si se vuelve a alguna costumbre anterior a la llamada tradición, como es el caso de este año? 

Durante algunos años, no sé exactamente cuántos, se celebraba en el Carnaval de Antequera el llamado “Entierro del Mollete” y se dejó de celebrar esta costumbre, porque, se dijo entonces, nunca había sido una tradición en Antequera. Y ahí está la cuestión: ¿Cuándo la celebración de algo se convierte en tradición? ¿Cuántos años tienen que pasar para ello?

La costumbre de celebrar a lo grande y entre familiares y “allegados” la Cena de Nochebuena  es relativamente  reciente, si nos fijamos en el devenir de la historia: Allá por los finales de los años sesenta y metidos en los setenta del pasado siglo XX, aún no se celebraba de esta manera en nuestra ciudad y comarca. 

No se puede olvidar que nuestra comarca ha sido siempre agrícola y que  estas fechas coincidían con la recolección de la aceituna que, lo recuerdo perfectamente, al no tener maquinaria, ni fardos para la recolección y llover mucho antes, ésta se hacía  a mano: los hombres vareaban, con las haraperas, (curiosa palabra que, en Andalucía, significa “rama baja y colgante de un olivo”, procedente de harapo: “rama de un árbol que cuelga bajo la copa” y que ha pasado a significar el objeto o apero  con la que se varean los olivos para que caigan las aceitunas) los olivos arrojando las aceitunas al suelo y la mujeres –a veces niños ya que la escolaridad no era obligatoria–, malvestidas con ropas viejas de sus maridos, sobre todo pantalones remendados, las recogían agachadas o de rodillas echándolas en unas espuertas de esparto, y que tenían que ir de rato en rato, a calentarse las manos a una candela que se solía hacer, porque si no, era imposible coger las aceitunas del suelo. El día 24 de diciembre era un día laboral, sobre todo si no llovía, y al llegar a casa se tenían que hacer las mismas faenas de todos los días: Echarle la comida a los animales domésticos –cerdo, gallinas, conejos–, ordeñar las cabras, hervir la leche y hasta hacer queso si había leche de otros días, lavar la ropa, preparar la cena y la capacha para el día siguiente –porque si hacía bueno, había que salir a coger aceitunas aunque fuese  Navidad– y los hombres llevar los sacos de aceitunas a la almazara, darle de beber a los mulos en el abrevadero, echarle paja y pienso para el día siguiente, y otras faenas. Todo eso era imprescindible hacer cada día. Sólo si ese día llovía y no se iba al campo, se podían hacer las cosas de otra manera más relajada.

En este contexto, la Cena de Nochebuena, sólo tenía un matiz espacial que era preparar una comida distinta a las demás noches y no se tenía tiempo ni para disfrutarla mucho, ya que lo esencial de esa noche era la Misa del Gallo. Para esa noche se dejaba el solomillo del cerdo o lo mejor del chivo que se habían matado días antes y guardado para esta noche; tampoco había frigoríficos para que se conservasen mejor. A la Misa del Gallo asistían todos, era muy solemne, se cantaban los villancicos propios de cada población, se besaba al Niño recién nacido y, después, a casa los mayores y los jóvenes a la calle. Los mayores, bebían sus copitas de anís o de otros licores propios, en mi pueblo lo que llamamos “Arrasoli”, o sea, rasolí, y se comían mantecados, caseros, tortillas les llamaban en muchos sitios, roscos de vino y otras especialidades de Navidad. Los jóvenes, iban rondando por las casas de los amigos cantando villancicos y pidiendo el aguinaldo, una copita de algo, –aguilando en algunos sitios–, hasta que se reunían en las plazas o en casas grandes, si llovía, para bailar al corro y, más tarde, ya con los tocadiscos, pick-up, otro tipo de bailes agarrados.

Recuerdo, que cuando se empezó a celebrar de forma más solemne y sin límite de tiempo la cena de Nochebuena, fueron los curas los que protestaron, ya iban muy pocos fieles a la Misa del Gallo y dijeron que no la celebraban, alegando que ellos también tenían derecho a pasarla la Nochebuena con las familias, aunque había otras razones distintas. En Antequera y comarca, fueron los llamados “curas rojos o comunistas”, de los cuales hace tiempo que no se habla y han sido varios los libros que se han publicado acerca de ellos, los que se negaron a ello. Eran unos sacerdotes que vivían en un piso de calle nueva y que, junto a otros de pueblos de la comarca, decidieron negarse a oficiar la Misa del Gallo, causando gran escándalo y nerviosismo entre los parroquianos, aunque siempre hubo sacerdotes que se negaron a dejar de celebrar la misa más importante de estas fechas navideñas.  

El sacerdote Manuel Hernández, en el tomo I de sus “Obras completas”, recoge así esta noticia que apareció en el Diario Sur (24/12/78): “En solidaridad con los campesinos: NO HABRÁ MISA DE EL GALLO EN ANTEQUERA”. Y este sacerdote, sigue comentando la noticia: “Y no hubo. Como nota jocosa hay que trasmitir que durante los días de Navidad en que los curas solíamos comer en un sitio barato, apareció una octavilla que decía: “La misa del Gallo no la han celebrado, pero el gallo se lo han comido”. El autor era un célebre cura ensotanado y reaccionario que daba bandazos por Antequera.” (Sic).

En estos tres días de Navidad, a los que hace alusión el sacerdote, era costumbre salir por las calles cantando villancicos, pidiendo el aguinaldo, muchos de esos villancicos ya los he publicado en varias ocasiones, o simplemente cantando por las calles, con zambombas, panderetas, botellas de anís y almireces.  Hace unos años, pudimos ver a un grupo de mujeres de Ardales que paseaban por las calles de Antequera, cantando los villancicos propios de esta localidad. Me hizo ilusión verlas por Antequera, ya que yo las había encuestado hacía un tiempo y ahora, aunque tampoco se puede salir a cantar por la obligación de guardar distancias para no expulsar virus, publico estos villancicos para recordar viejos tiempos y, de alguna manera, hacer más agradable esta Navidad. Tenemos que saber adaptarnos a los tiempos, sean buenos o malos.

 https://www.youtube.com/watch?v=O65YeB45Fug

 

 

La Virgen de Villaverde

La Virgen de Villaverde

tiene un niño muy risueño; (bis)

y venimos a cantarle

villancicos ardaleños.

Los reyes caminan,

la estrella los guía;

a aquel portalito

donde está el Mesías. (bis)

Una pandereta suena,

¡Dios mío, por dónde irá! (bis)

A Belén va caminando

hasta llegar al portal.

Los reyes caminan,

la estrella los guía;

a aquel portalito

donde está el Mesías. (bis)

Mira, pastor, a la pastora,

con el lazo en el sombrero; (bis)

que parece una paloma,

cuando baja de los cielos.

Los reyes caminan,

la estrella los guía;

a aquel portalito

donde está el Mesías. (bis)

Bienvenido a nuestro valle

Bienvenido a nuestro valle,

Pastorcito celestial,

si el ganado se ha perdido,

lo pudiéramos hallar;

pero sólo con tu risa,

ya lo vuelve a recaudar;

pero sólo con tu risa,

ya lo vuelve a recaudar.

¡Ay, qué lindo, ay qué bello,

ay qué hermoso, ay, ay, ay

!El amor a sus ovejas

del cielo le hizo bajar.

Este niño que ha nacido

en Pascua de Navidad,

no tuviera tanto frío,

si naciera por San Juan.

Este niño, Dios hermoso,

que de los cielos bajó;

este niño, Dios hermoso,

que de los cielos bajó.

¡Ay, qué lindo, ay qué bello,

ay qué hermoso, ay, ay, ay!

El amor a sus ovejas

del cielo le hizo bajar.

No llores, niño, no llores,

aquí tienes a un pastor;

y si no tienes amigos,

yo te doy mi corazón.

Este niño, Dios hermoso,

que de los cielos bajó;

este niño, Dios hermoso,

que de los cielos bajó.

Este niño que ha nacido

Este niño que ha nacido, (bis)

entre la paja y el hielo. (bis

)¡Quién pudiera, niño hermoso, (bis)

vestirte de terciopelo! (bis)

ESTRIBILLO
¡Ay, cómo titiritita

mi niño de frío! (bis)

Porque está helado

del corazón mío. (bis)

¡vamos, vamos al portal,

vamos, vamos sin cesar!

Este niño que ha nacido, (bis)

encarnado por mi amor; (bis)

y le acompaña en Belén, (bis)

la Rosa de Jericó. (bis)

ESTRIBILLO

¡Ay, cómo titiritita…

¿Dónde habéis visto, pastores,(bis)

niño más encantador;(bis)

si en el campo ya no hay flores,(bis)

dale el beso de tu amor.(bis)

ESTRIBILLO¡Ay, cómo titiritica…

Cuando la Virgen fue a misa

Cuando la Virgen fue a misa 

al templo de Salomón,

cuando la Virgen fue a misa

al templo de Salomón,

la mantilla que llevaba

eran los rayos del sol.

Con alma amorosa,

sencilla y leal,

cantemos al Niño,

gloria celestial.

Con alma amorosa,

sencilla y leal,

cantemos al Niño,

gloria celestial.

Lleva la pureza el manto,

de oro fino la labor

;con un letrero que dice:

Soy la esclava del Señor.

Con alma amorosa,

sencilla y leal,

cantemos al Niño,

gloria celestial.

Con alma amorosa,

sencilla y leal,

cantemos al Niño,

gloria celestial.

La Virgen tiene un vestido,

todo lleno de estrellitas;

que se lo dio San José

cuando la vio tan bonita.

Con alma amorosa,

sencilla y leal,

cantemos al Niño,

gloria celestial.

Con alma amorosa,

sencilla y leal,

cantemos al Niño,

gloria celestial.

Los pastores de Belén

Los pastores de Belén

van todos juntos por leña; (bis)

para calentar al niño,

que nace la Nochebuena.

ESTRIBILLO

Pastores y zagales corred

con gran embelezo;

venid a adorar

que ha nacido

en estado de gloria,

y tiene por casa

un humilde portal.

En el portal de Belén

hacen lumbre los pastores; (bis)

para calentar al niño

que ha nacido entre las flores.

ESTRIBILLO
Pastores y zagales corred…

Fueron llegando pastores,

que al niño querían ver;(bis)

unos le llevaban flores

y otros pasteles con miel.

ESTRIBILLO
Pastores y zagales corred…

Vamos a Belén, pastores

Vamos a Belén, pastores,

que ha nacido el niño Dios;

que en Belén lo está durmiendo,

la Rosa de Jericó.

La mula le gruñe,

y el buey le vahea;

la Virgen María

le canta la ¡ea!

¡Ea, ea, ea,

ea, ea, ea!

y el niño chiquito

dormido se queda.

No me despiertes al niño

que hace poco que durmió;

que lo durmió una zagala

con un rayito de sol.

La mula le gruñe,

y el buey le vahea;

la Virgen María

le canta la ¡ea!

¡Ea, ea, ea,

ea, ea, ea!

y el niño chiquito

dormido se queda.

La Virgen le daba el pecho,

y el niño le sonreía;

y al bueno de san José

la baba se le caía.

La mula le gruñe,

y el buey le vahea;

la Virgen María

le canta la ¡ea!

¡Ea, ea, ea,

ea, ea, ea!

y el niño chiquito

dormido se queda.

¡Feliz Navidad y Año Nuevo 2021!

 

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