Este lunes 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. En esta ocasión, desde nuestro periódico queremos hacernos eco de lo que sucedía por entonces hace 100 años, en 1921. Nuestras páginas recogían en el mes de junio la repercusión de la primera manifestación sufragista que ocurrió en Madrid el 31 de mayo de dicho año. El movimiento femenino se ponía en alza por entonces buscando el voto de la mujer, algo que se conseguiría años más tarde, en 1931. Pero hasta entonces, nuestras páginas fueron reflejando el devenir del tiempo de estas mujeres que salieron por primera vez a la calle a pedir lo que era de ley y que tanto costó lograr.
Nada más que hay que saber mirar y observar la realidad para darnos cuenta de que la mujer ha tenido que trabajar el doble en numerosas parcelas para llegar al punto en el que estamos hoy día. Uno de los aspectos principales era la lucha por conseguir el sufragio: el voto femenino.
Los primeros pasos llegaron de los movimientos que surgieron en Madrid en 1921, entre ellos, los de la Cruzada Femenina Española, formada muchas de ellas por profesoras y escritoras, entre las cuales se encontraba la conocida Carmen de Burgos, de hecho, ella señaló esta manifestación como “el primer acto público de las sufragistas españolas”. (1).
Las páginas de nuestro periódico, en la edición número 156 del 19 de junio de 1921, se hacían eco de aquel primer acto de las sufragistas. Se titulaba la noticia “Las mujeres en el Congreso” y hacía esta importante aportación sobre aquellos hechos: “Un numeroso grupo de señoras y señoritas repartió hace días a la puerta del Congreso una hoja que lleva por título: ‘La cruzada de mujeres españolas’, en la que exponen a las Cortes las aspiraciones de ‘una culta minoría de las mujeres de este país, cuya satisfacción estiman urgentemente necesaria al progreso individual y a nuestra renovación social’.
La hoja dice:
1ª Pedimos igualdad completa de derechos políticos, y, por tanto, ser electoras y elegibles en las mismas condiciones que los hombres, sin otra restricción que la capacidad legal que se tiene en cuenta para los varones.
2ª Pedimos igualdad de derechos civiles.
Para éstos demandan la revisión del Código civil, con las siguientes reformas:
Que la mujer no pierda la nacionalidad al casarse con extranjero si no es tal su voluntad expresa”… Y continúa nuestro periódico reflejando varios de estos artículos.
“3ª Pedimos que sean derogadas las leyes que abusivamente cierran a las mujeres determinadas carreras o empleos.
4ª Pedimos que el Jurado sea constituido por individuos de los dos sexos en igual número y en las mismas condiciones, por ser así de justicia y de equidad.
5ª Pedimos también la igualdad con el hombre en lo que se refiere al Código Penal.6ª Pedimos que sea investigable la paternidad.
7ª Pedimos que se consideren con iguales derechos ante la ley en todo caso los hijos legítimos y los ilegítimos. (…)
En resumen, nuestras demandas están contenidas en los once artículos de la “Carta de la mujer”, firmada en el XIII Congreso Internacional Femenino de Ginebra, sin más diferencia que la de estar razonadas”.
Toda una declaración de intenciones de esta Cruzada Femenina.
La aportación de Isabel de Oyarzábal
Meses más tarde, nuestro periódico, también recoge la aportación realizada por parte de Beatriz Galindo, seudónimo con el que escribía la periodista Isabel de Oyarzábal de Palencia (Málaga, 1878-Méjico, 1974). Nuestro periódico recoge esas “Crónica Femeninas” que publicó en “El Sol” de Madrid. (2)
El 21 de agosto de 1921 correspondiente al número 165 de nuestro periódico refleja su escrito. “Asamblea de la democracia y el feminismo”. Sin duda una aportación más a aquellos movimientos que surgieron en la capital en ese año y que fueron más que importantes y decisivos para el devenir del futuro de la mujer. En este artículo se hace eco de que un partido político va incluir “por voluntad unánime en el programa que deberá desenvolver en el porvenir”, refiriéndose lo que ha hecho el partido republicano en “la Asamblea de la Democracia celebrada recientemente en Madrid”, escribiendo a lo que propuso a la misma el concejal Álvaro Calzado. “Él fue quien propuso a la Asamblea las conclusiones, que luego de aprobadas, fueron integradas a la lista de mejoras que dicho grupo considera de necesidad imprescindible. Estas conclusiones son: la reforma del Código civil, con igualdad de derechos para ambos sexos, principalmente en lo que a la administración de bienes se refiere, e igualdad de derechos a los hijos naturales y los legítimos”.
Más adelante incluye además la ampliación que se hizo a esta proposición por parte de otros congresistas “solicitando la inclusión, entre estas demandas, del divorcio y del derecho al voto cuando la mayoría de las agrupaciones feministas lo soliciten”.
Añade más adelante a forma de conclusión de este artículo: “Nos congratulamos sinceramente de que el sentido de la justicia haya triunfado al fin de los hiperbólicos temores que hasta aquí han restado al feminismo español el apoyo de los partidos políticos que más obligación tenían de prestarle ayuda, y de que un sentimiento de ética haya sustituido a las falaces doctrinas que tantas veces, por desgracia, se oponen al desenvolvimiento de los más sagrados ideales y deberes”.
(1). Carmen de Burgos, “La mujer moderna y sus derechos”.
(2). Francisco Arias Solís, http://www.nadieseacuerdadenosotras.org/.