Quienes estén acudiendo al Pabellón Fernando Argüelles desde el jueves por la tarde y hasta este domingo, podrán comprobar los usos que está acogiendo en 72 horas. Comenzamos con el entrenamiento de un equipo a las 19,30 horas, preparar el circuito de vacunación a partir de las 21,30 horas; abrir a las 8,30 horas para vacunar y actividades deportivas; empezar un torneo juvenil por la tarde y prepararse para un partido decisivo del Iberoquinoa Antequera este domingo a mediodía.
Es impresionante cómo ha podido cambiar un espacio tan céntrico destinado para el Deporte, pero que ahora será templo de la Salud al menos un día a la semana hasta que se supere la pandemia. Y ante ello, nos volvemos a preguntar: ¿sacamos provecho de todas las instalaciones que disponemos?
No está el erario público para pedir el proyecto perdido del auditorio al aire libre en la que sería caseta municipal. Ni para un nuevo uso del inconcebible Palacio de Ferias. Pero, ¿y para entornos como la Plaza de Toros? Tiene todas las papeletas de acoger conciertos este verano, para empezar para la Feria de Primavera. Ojalá también se aproveche como cine de verano como lo fue en su día. Y qué decir de cubrirla para que el frío, el viento, la lluvia o el calor no impidan alguna actividad.
Antequera, mientras que venga la más que esperada y anunciada reforma del Teatro Torcal; tiene muchos espacios con poco uso. Entre ellos, nos viene a la memoria: la Ermita de la Vera Cruz, el interior de la antigua iglesia de Santa Clara… Hace falta el aprovechamiento de infraestructuras, mientras que llegan las grandes inversiones.
Antequera adolece de un auditorio entre 100 y 200 personas para pequeñas citas (¿Santa Clara?) y uno grande para grandes convocatorias (¿Plaza de Toros, Centro de Atletismo Sexto Centenario?).
Volviendo al Fernando Argüelles, no creemos que haya sitio más aprovechado que éste. Una tarde entrenan, una noche se adapta como consultorio, se abre por la mañana y por la tarde vuelve a ser templo de Balonmano.
Que el partido que se comenzó a disputar este viernes, sea el inicio de la eliminatoria de ascenso donde superemos la pandemia. Si hay que seguir utilizándolo como zona de entrenamiento que se sigan vacunando para prevenir, pero que no tengamos que pasar otra primavera como la del 2020.
Y, entre medias, el Balonmano. Este fin de semana está llamado a volver a ser el centro de nuestra historia deportiva. Esta vez basado en un club de casa, con la mitad de plantilla de la tierra, casi la otra entre 5 y 10 años jugando.
Y lo más importante, siguiendo la garra que tuvo Fernando Argüelles y el amor por el Balonmano de Manolo Porras (por cierto, este maestro, este referente, ¡necesita ya un reconocimiento y el nombre de una instalación deportiva!).
Que el domingo a mediodía, 48 horas después de vacunar a 800 personas, los 700 que pueden ir a ver el partido, lleven en volandas al equipo de Lourdes Melero y Lorenzo Ruiz y que de nuevo Antequera pueda ascender a Asobal.
