El mes de mayo de 2021 está siendo atípico para la Hermandad del Señor de la Salud y de las Aguas, “por una parte con la alegría de poder retomar lo que el año pasado no se pudo, con la celebración de las novenas, pero con la falta del culto externo que es importante para todos los cofrades y un acontecimiento tan señero para toda la ciudad”, señala su hermano mayor Gabriel Robledo.
Con esta falta de la procesión, se antepone “la alegría de haber podido tener durante dieciocho días esa cercanía del Señor con los devotos, con los gremios en las diferentes funciones, y con una participación magnífica”. En este sentido, destaca que “las visitas diarias se han mantenido, e incluso se han incrementado, aunque también es cierto que ha habido más recelo a la hora de más afluencia que son las funciones. Los devotos han demostrado una sensatez y un criterio perfecto para poder hacer las cosas”, puntualiza para destacar el cumplimiento de todas las medidas sanitarias impuestas por la pandemia que estamos padeciendo.
Tras la suspensión de las procesiones de Semana Santa, “hemos ido un poco a remolque según la experiencia de lo que veíamos de las cofradías de Pasión”. El año pasado, mayo coincidió “con la fecha en la que pudimos comenzar a salir, y para muchos el primer paseo era ir a San Juan para ver al Señor desde la ventanita”. Incluso se llegaron a celebrar tres cultos, “y de algún modo no quedó en blanco, pero nada comparable con este año”.
Entre las tradiciones que se han podido recuperar en este 2021 ha sido”volver a su emplazamiento normal en el altar mayor, ya que el año pasado se tuvo que quedar en su capilla”. El acto de bajada no se pudo realizar de forma pública. “Fue un momento muy íntimo y emotivo, con una gran cercanía con la Imagen. En vez de que los fieles acudieran al camarín para hacer el besapié, se planteó la veneración en la misma puerta de entrada de la iglesia, lo que causó un gran impacto y aceptación”, explica Robledo.
“En cierto modo así lo vamos a plantear para el final de los cultos de este mes de mayo, en un emplazamiento más cercano para que se tenga una posibilidad de contemplación con los devotos que acudan a visitarlo en las fechas en las que debería haber sido su procesión”, se resigna el hermano mayor: “Ya que no podemos darle un beso, por lo menos que le echemos una mirada cercana y sincera”.
Representación de la sociedad en las novenas
“Para gran alegría nuestra, además de la suerte de contar con Don Tomás como párroco, nos han acompañado durante las novenas tres antiguos párrocos, y de prácticamente la representación de todos los sacerdotes de Antequera y sus conventos”, refiere al ser preguntado por el desarrollo de estas funciones “con una participación total de los gremios, que no solo se han mantenido, sino que las han solicitado con más motivo que nunca por la necesidad que todos tenemos de pedirle al Señor y darle gracias”.
“Esta participación entusiasta y tan bonita supone, año tras año, la representación del tejido social y económico de Antequera, con la presencia de colectivos profesionales y sociales”, sin olvidar “esa representación popular que acude desde las 8 de la mañana hasta las 9 y media de la noche para realizar el rezo de esa novena, como lo hemos aprendido la gran mayoría de nuestro mayores”.
Este año ha habido dos novedades, “por una parte la asociación de vecinos que existía en el barrio ha desaparecido, pero se ha creado otra que la ha sustituido en el mismo día”. La otra incorporación ha sido más significativa para la junta de gobierno de la hermandad: “Llevábamos mucho tiempo con la idea de incorporar de algún modo a un colectivo que es bastante importante dentro de la Iglesia de Antequera, pero al mismo tiempo bastante peculiar, como son los conventos de clausura. Tenían el problema de la asistencia presencial, que sus circunstancias se lo impedía. Entonces, conseguimos que la liturgia de uno de los días fuera enteramente, incluso la música, grabada por los cuatro conventos de clausura de la ciudad”.
Implicación con la Parroquia de San Juan
El Patrón de Antequera es emblema de su barrio de San Juan, “el entorno de dos devociones tan señeras de Antequera como son la Virgen del Socorro y el Señor de la Salud y de las Aguas”. Por eso, su hermandad también se involucra. “La implicación cada vez es mayor, y en la junta de gobierno hay bastantes miembros que son del barrio”.
Al llegar a este sábado 22 de mayo, cuando debería haberse celebrado la salida procesional del Señor, “se nos va a hacer duro el no ver esa estampa de su trono por segundo año consecutivo, y confiamos en poder recuperar el próximo año esa imagen de tan peculiar. Ese trono neogótico tiene mucho valor y mucho sabor propio”.
“De cualquier forma, lo realmente importante es que podremos estar junto a Él, para pedirle salud y también las aguas, que no solamente son líquidas, sino también bonanza para la economía antequerana, que es también muy importante”, expone Gabriel Robledo.
Este domingo, tras la Eucaristía de las 12 horas, “tendremos una grata sorpresa que nos ha comunicado el Alcalde, y es que va a haber una rotulación de la plaza que da a la capilla del Señor a nombre del Patrón de Antequera, así como el emplazamiento y bendición por parte de nuestro párroco de un retablo cerámico que se va a colocar justo en la espalda del camarín”.
En los últimos años, la Hermandad ha acometido proyectos patrimoniales como la recuperación de su ráfaga. Para el futuro, el hermano mayor destaca que “a corto y medio plazo tenemos prevista una restauración de la capilla del Señor, y posiblemente de su cripta. La solería necesita una restauración porque se están produciendo ciertos problemas, y su arreglo es una de las miras más importantes en las que tenemos que actual: quizá no es algo con una gran resonancia patrimonial, pero que tenemos que realizar”.
Otra de las celebraciones que se van a tener que suspender este año es “el Corpus Chico, al que se le estaba dando una gran impulso y que, seguramente habrá que volver a hacer como el pasado año un culto eucarístico sin salida externa”. Posteriormente, “seguiremos con el triduo de Ánimas para el mes de noviembre, que también está ya muy asentado”.
Todo ello, “sin dejar de ayudar en todo lo posible con nuestra parroquia de San Juan, a través de Cáritas y todo lo que podamos dentro de nuestras posibilidades”, concluye el hermano mayor ante el fin de semana que tocaba procesión.