Antequera cuenta con una Escuela Taurina a iniciativa de un grupo de aficionados encabezados por Antonio Luque, Roberto Arévalo o Francisco Minagua, que confiaron en Mari Fortes para que fuera la profesora y directora artística.
La que fuera novillera, y madre del matador de toros Saúl Jiménez Fortes, vuelve a pisar el ruedo antequerano para transmitir sus conocimientos y su pasión a los jóvenes que, hoy en día, sueñan con ser toreros.
“El proyecto lleva algunos años en la mente de sus impulsores, y se le ha podido dar forma a través de una asociación, y una vez constituida se pusieron en contacto conmigo para que fuera la profesora”, señala para destacar que “los críos tienen mucha ilusión, a pesar de que sabemos que esto es muy difícil”.
Poco a poco se han ido incorporando alumnos, no solo de la ciudad, sino también de localidades cercanas, a pesar de las dificultades que han pasado por la pandemia. “En el mismo momento que se iba a inaugurar y comenzar las clases nos encerraron, pero eso no ha supuesto un desánimo, y desde que los niños volvieron al colegio empezamos con los entrenamientos”.
Martes, jueves y sábados son los días de actividad; combinándose con entrenamientos prácticos en tentaderos en los que ya han tenido la ocasión de torear en el campo. “La ilusión de todos ellos es maravillosa, y pone de manifiesto que los toros es un mundo que interesa a muchos jóvenes”, indica Mari Fortes, para quien “el mundo del toro lo que hay que hacer es enseñarlo”. “El que lo conoce, en la mayoría de los casos se queda y lo respeta”, añade.
Destaca la evolución de los alumnos en poco tiempo
Con la cesión de la plaza de toros por parte del Ayuntamiento para el desarrollo de las clases, la profesora destaca la importancia “de contar con recursos para adquirir vacas y becerros para poner en marcha todo lo que están aprendiendo delante de los animales”.
“Cualquier chaval que empieza a entrenar necesita al menos dos años para ponerse a torear, y los alumnos es asombroso lo que han evolucionado en apenas unos meses”, manifiesta la profesora, que en la mayoría de los días acude acompañada por su hijo Saúl, “que está muy volcado con este proyecto”.
“En los tentaderos que hemos hecho han salido a torear todos, desde los más pequeñitos de 9 o 10 años a los más mayores, y alucinaban cuando comprobaban que lo que aprenden en los entrenamientos sirve delante de la cara del animal”, expresa para reflejar el entusiasmo de todos los integrantes de esta nueva Escuela Taurina de Antequera.
Sobre el potencial que pudiera tener alguno de ellos, reconoce que “es aún muy pronto para saberlo, de momento lo que se les aprecia es que derrochan ilusión”.
Mari Fortes, que durante cinco años fue profesora de la Escuela Taurina de Málaga, destaca que “estos niños avanzan muy rápido, y a mí me tienen alucinada”. Esta vuelta a la didáctica del toreo “al principio me costó un poco, pero ahora estoy igual de entusiasmada por haber aceptado”.
Sobre la celebración en Antequera de una de las novilladas de escuelas taurinas andaluzas el 3 de julio, la profesora señala que “los niños están muy contentos, casi tanto como si torearan ellos. Ven cómo evolucionan y se preguntan si el año que viene pudiera estar alguno de ellos”.
