Las visiones distópicas recorren las costas de los ERTES sin llegar a puerto como la crisis migratoria y política que se desencadena en los mares entre fronteras. En medio de esto y de otras quijotescas rudezas, se marcha Battiato en medio de condimentos sencillos , sofismas, teorías místicas, sintetizadores de saldo que aderezaban sus composiciones llenas de aprendizajes sobre el romanticismo y la fatalidad existencial, todo ellos corre paralelo a su creatividad que mezcla sabiamente todas las tendencias que pasaban por sus partituras, folclore, clasicismo y avant-garde. En una calle de este mundo se cruza un día con el filósofo Manlio Sgalambro y todo se vuelve ópera, libretos repasados, escritos, cantados una y otra vez. En medio de una mezcla de lenguas latinas, inglesas, italianas. Surge el genio construyendo puentes entre la alta cultura y las masas. Cuentas historias, canta historias.
Battiato ya no podrá danzar su sentido del humor extraño aunque desintoxicante, sobre braseros ardientes al lado de los cíngaros del desierto con candelabros encima o como los parineses en días de fiesta. Se fue como un ángel atormentado, como esos nómadas que buscan los ángulos de la tranquilidad y en la lluvia de Mayo y no la de Septiembre, esas que despiertan el vacío de su cuarto. Tal vez haya encontrado la dimensión insondable fuera de la ciudad de Milán para volver a Catania.
Llorarán los cascabeles del catacari al ritmo de siete octavas mientras los músicos gitanos rebeldes llenos de hechizos intentan encontrar la era del jabalí blanco. Imposible ese centro de gravedad permanente, porque la vida da bandazos sobre las personas, los pensamientos, las ideas, los rostros, solo somos hijos de un instante. No lloremos su ausencia en verbenas de verano porque en el puerto ondea la bandera blanca en donde se cuela Arnaldo Fusinato y hasta Bob Dylan. Letras de ciencia ficción inspiradas en estaciones llena de amores que no regresarán, aunque contengan un extraordinario gancho melódico. El camino es interminable. Chao Battiato, ya estás en el más allá.