El ingeniero Enrique Muñoz Arjona (Antequera, 20 de agosto de 1985), ha completado la instalación de un nuevo sistema catalítico en la Planta de Valorización Energética de Sant Adrià de Besòs (Barcelona), un proyecto de 18 millones de euros desarrollado por TERSA, una empresa pública participada por el Ayuntamiento de Barcelona y el Área Metropolitana de Barcelona especializada en la gestión de servicios ambientales.
Muñoz es técnico de gestión de recursos y responsable de este proyecto en esta planta ubicada junto al Puerto de la Ciudad Condal, “y que es la que se encarga de valorizar el rechazo de las plantas de tratamiento mecánico que reciben todo el residuo mezclado y realiza una primera división”. “Lo que ya no se puede reciclar nos lo mandan aquí en lugar de al vertedero para que incineremos los residuos en unos hornos que lo que hacen es producir vapor de agua, que luego se turbina para generar electricidad y vapor para calefacción”.
El sistema catalítico de alta temperatura que se ha implementado “tiene la misión de reducir las emisiones de NOX, que es un contaminante del que actualmente hay una creciente preocupación”. “Lo que hemos hecho es poner un sistema a la cola de la depuración de los gases de combustión para reducir estas emisiones”.
“Este catalizador, al aumentar la temperatura de los gases de combustión hasta cerca de los 240 grados, favorece junto a la inyección de una solución amoniacal que se diluyan estos gases NOX y se conviertan básicamente en agua, nitrógeno y oxígeno”, explica el antequerano, que apunta que “el objetivo era reducir en un 50 por ciento las emisiones, adelantándonos al espacio normativo que se venía previendo”. Los resultados, incluso, han superado las expectativas, situándose a menos de la mitad de lo que establecerá la legislación europea en la materia, “por lo que la reducción y el impacto del proyecto es bastante importante”, manifiesta.
Aunque la inversión de 18 millones de euros es muy elevada, “la rentabilidad se encuentra en que el sistema actual es un poco más eficiente, pero sobre todo la apuesta está en el medio ambiente, sobre todo al encontrarse la planta rodeada de un núcleo urbano, por lo que el compromiso de reducción de emisiones al mínimo es lo que ha primado para Tersa”.
De Antequera a Barcelona pasando por Dinamarca
Hasta llegar a Tersa, Enrique Muñoz ha completado una formación que se iniciaba en nuestra ciudad en el Colegio María Inmaculada, para pasar a la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Málaga. “Terminé en Dinamarca haciendo la doble titulación de ingeniero mecánico, y luego estudié un postgrado en energías renovables por la Universidad CEU San Pablo, para comenzar mi andadura profesional en Abengoa en Sevilla, concretamente en el departamento de I+D de energías marinas”. El preconcurso de acreedores que afectó a la empresa le llevó a buscar nuevos caminos a finales de 2015 “y salió esta oportunidad de venir a Barcelona, que inicialmente parecía que iba a ser temporal para cubrir una baja paternal, pero finalmente tuve la oportunidad de quedarme y casi cinco años después aquí seguimos”.
Profesionalmente “éste ha sido mi primer proyecto de una envergadura tan grande y con un presupuesto tan importante”, destacando “todo el apoyo que he recibido de todo el personal de la planta, que ha sido fundamental”. “Ha sido un reto y sobre todo un orgullo desarrollar este proyecto, y sobre todo comprobar que se ha mejorado el resultado en cuanto a emisión con la previsión de costes que teníamos”.
Una vez completada esta actuación, “seguimos trabajando en miras de la mejora medioambiental, por lo que ya estamos trabajando en implementar un nuevo sistema a corto o medio plazo para la reducción de los ácidos sulfúricos que se general de la combustión”. “En definitiva, lo que intentamos es neutralizar todos los gases y, si se puede, buscarles un retorno”, para lo que trabajan en diferentes proyectos con la Universidad de Barcelona.
Y es que “la población cada vez recicla más, pero también cada vez genera más residuos, por lo que son necesarias estas plantas tanto de tratamiento como de reciclaje”.
En Andalucía no existen plantas de valorización
Mirando hacia Antequera, “a pesar de la distancia y sin conocer la gestión, fundamentalmente política, que se está realizando de la materia”, Muñoz Arjona hace referencia a la Planta de Tratamiento Mecánica ubicada en Valsequillo. “Trabajando en una Planta de Valorización Energética echo de menos la instalación de este tipo de sistemas que evitarían llevar a vertedero lo máximo posible, ya que para mí, enterrar el residuo nunca debe ser la primera opción, porque al final los residuos bajo tierra pueden contaminar agua de regadío, que para nuestro municipio es bastante importante; y sobre todo porque daría un plus de energía que podría, por ejemplo, alimentar el alumbrado de toda Antequera”.
En toda Andalucía “no hay ninguna Planta de Valorización, y somos más de diez millones de habitantes, más el turismo que es el que genera más residuos no reciclables”. En la zona de Cataluña, por el contrario, hay cuatro plantas de este tipo.
Con el paso del tiempo, y a pesar de su juventud, Enrique Muñoz ve cumplido su sueño de infancia. “De pequeño siempre miraba un programa de televisión que se llamaba ‘Megaestructuras’, y siempre tenía ese interés por ese tipo de proyectos tan grandes; de ahí que lo tuviera claro en que la Ingeniería Industrial era la mejor opción para mí”.
Una vez licenciado, “y sobre todo cuando fui a Dinamarca, que fue donde me cambió un poco la perspectiva ya que todos los países nórdicos son bastante avanzados en todo lo que tiene que ver con el medio ambiente, los residuos cero y el aprovechamiento de los recursos naturales”, se le despertó “el gustillo por el tema de las energías renovables, y fue cuando decidí encaminar mi profesión en intentar devolverle al planeta un poquito de lo que le estamos quitando día a día, y en eso pongo mi esfuerzo”. “La gente no le da la importancia que el aprovechamiento de los residuos tiene, porque no dejamos de consumir pero no nos damos cuenta de todo lo que generamos”, añade.
En un futuro, le encantaría regresar a Antequera para desarrollar proyectos medioambientales de esta envergadura: “Estar fuera de casa es algo que uno no quiere, por lo que me encantaría volver a Andalucía, y más si cabe a Málaga para desarrollar actividades que puedan beneficiar a mis paisanos”.
