Mauro Lucero es uno de los fichajes del Antequera. Natural de Alicante, tiene 25 años y procede de jugar en Segunda B con el Orihuela. Es nutricionista y viene para lo que el míster y el equipo necesite. Suele jugar de central, aunque también lo ha hecho de medio-centro y hasta de lateral izquierdo.
Su fichaje se fragua cuando le llamó Alberto Aguilar “cuando estaba de vacaciones y me pregunta por mi situación, ya que estaba libre, y me dice que le gustaría contar conmigo y eso para un jugador es interesante que presenten interés por ti”.
Sabe lo que es jugar en El Maulí: “Ya había estado en el Jaén y desde el primer día con Ángel, con Manolo el delegado, me siento como en casa”. Aquel día “disfruté mucho del campo, a pesar de la lluvia que hubo, estaba en perfectas condiciones y la gente apretaba”. Aunque se la tienen guardada porque ganó ese día.
Reconoce lo complicado que es el mundo del fútbol, pero “seguimos peleando por llegar al fútbol profesional”. Se siente un apasionado del balón: “Somos unos privilegiados porque el fútbol nos permite vivir en un mundo que no es fácil, y más haciendo lo que nos gusta. Yo no digo voy a trabajar, sino voy a entrenar, disfruto en el campo”.
Instalado ya en la ciudad, comparte que terminó “la carrera de Nutrición y en principio voy a centrarme plenamente en lo deportivo” y en el futuro retomará sus estudios para buscar su profesión.
Experto en ello, le preguntamos por la gastronomía local: “Por ahora he probado varias cosas y he visto que se come muy bien, como con los molletes, pero me quedan cosas por probar”. Destaca que “la alimentación es fundamental para estar a tope” y de cara a “Navidad será complicado resistirse a unos buenos mantecados de Antequera”.
En cuanto a algún consejo sobre cómo alimentarse bien: “Comer variado, moverse, ser personas activas, tratar de buscar la salud y tratar de disfrutar de los momentos”.
Ante una nueva temporada y categoría
Tras los primeros entrenamientos comparte que está “a disposición del míster para lo que necesite él y el equipo, ya sea como central zurdo que es mi sitio más habitual, o si me pide que juegue de medio-centro por delante de la defensa me encuentro cómodo; he sido hasta lateral izquierdo”.
Mide 1,92 metros y “me encantaría que este año cuando nos estemos jugando meternos en ‘play-off’, me encantaría marcar ese gol decisivo. Espero no bajar de los cinco, quiero ayudar al equipo en todo”.
Además de Aguilar, conoce al preparador de porteros: “Calatayud estuvo en el Hércules cuando yo era canterano con 11 años. Era un referente para todos los chavales”. Ha recordado aquellos tiempos en sus primeros días en la ciudad.
Sobre el equipo que ha cambiado la mitad de las caras: “Al final, todos venimos a lo mismo: conseguir el objetivo de disfrutar este año, consolidarse en la categoría y ojalá que algo más”. Éste es el nuevo Mauro.