El patio de caballos de la Plaza de Toros acogió el viernes 30 y sábado 31 de julio una edición del festival de blues donde las voces, las guitarras y las armónicas lo dieron todo y marcaron el “segundo año en el destierro”. Confianza en superar la pandemia y en volver a ser lo que fueron ante la inigualable fachada de la antigua colegiata de Santa María.