sábado 21 septiembre 2024
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María Gracia Arjona: ‘Mi labor ha sido actuar sobre las necesidades que iban surgiendo’

Abrumada y sin creérselo todavía. Así está María Gracia Arjona González (Antequera, 4 de marzo de 1956) tras conocer que el Ayuntamiento le ha otorgado el honor de ser nueva Hija Predilecta de la Ciudad de Antequera. 

 
Nos citamos con ella en la Redacción de ‘El Sol’, para conocer más de cerca a esta incansable trabajadora social, que con este galardón pone el broche de oro a una extensa carrera en ADIPA (Asociación de Discapacitados Psíquicos de Antequera y de su Comarca), desde que comenzase aquel 1 de enero de 1978, tal y como recuerda, hasta el 4 de marzo de 2021, cuando se jubiló. 
 
Un reconocimiento que recibe “nerviosa, porque es un nombramiento que jamás me podía haber imaginado que me podían dar. Es una sorpresa enorme para mí y considero que es un orgullo recibirlo por tu trayectoria profesional y más en la que he tenido, que ha sido desde que inicié mi vida laboral y hasta el último día, que ha sido dentro de la misma entidad, de la cual estoy muy orgullosa de haber participado”.

 
Entre sus valores, el Consistorio recalca el de su labor social en ADIPA: “Mi labor durante todo este tiempo ha sido ir actuando sobre las necesidades que iban surgiendo. En los últimos años, al estar más estructurada ADIPA y con un organigrama más establecido, me dediqué más al departamento de trabajo social y dentro del servicio de atención a familias”, nos cuenta.

 
Y es que, la Asociación empezó “con un taller con unos cuantos usuarios a como estamos ahora, ¡te puedes imaginas! Solo nos queda el centro de la residencia de adultos que está a punto de terminar su construcción. Con lo cual, tenemos todos los servicios y centros oficiales para atender a las personas con discapacidad”.

 
Una labor de la que ella también ha formado parte es la de transformar la visión que se tiene de las personas con capacidades diferentes: “A nivel de mentalización de la sociedad, hemos cambiado muchísimo, porque ya una persona con discapacidad está más dentro de la normalización que antes. Nosotros hacemos las actividades dentro de una normalización. Quisiera resaltar el avance que hemos tenido en pro de los derechos de las personas con discapacidad”.

 
Hay personas, detalla, “que cuando las hemos captado y que tenían una discapacidad, no aceptaban venir al centro, pero cuando llegan para hacer un curso FPO o de Garantía Social y han visto cómo es ADIPA por dentro y hay chicos con más o menos discapacidad, se han quedado. De hecho, muchos están integrados laboralmente con su nómina y su salario”.

 
La antequerana ha trabajado mano a mano con las familias de esas personas que necesitaban el papel de ADIPA: “Se ha trabajado mucho con las familias y hay que seguir haciéndolo. En un principio les costaba que su hijo pasara a ser un asalariado y cuando han comprobado que realizan su trabajo y la felicidad que tiene de estar trabajando, se dan cuenta de que realmente merece la pena. Para nosotros, eso nos hace alegrarnos y darnos ánimo para seguir adelante con el Centro Especial de Empleo”, explica.

 
Por ello, nos cuenta que una de las principales preocupaciones de las familias es “el tema del futuro. El futuro es muy incierto para las familias, pensando qué va a pasar con sus hijos. La residencia les da esperanza y tienen en ADIPA mucha fe y les gustaría que el día que les hiciera falta se quedasen allí”.

 
Su aportación no ha sido en vano, construyendo desde cero un gran proyecto que ahora es orgullo de nuestra ciudad y del que María Gracia ha formado parte: “Sinceramente, creo que ADIPA me ha aportado más de lo que yo le he podido aportar. Yo le he aportado en todo momento todo lo que en ese momento podía prestarle. He ido cubriendo las necesidades y he hecho de todo: de organizar cursos de FPO, entrevistas con las familias, organizar alguna verbena para que los chicos se lo pasasen bien… He sido parte del equipo de profesionales que hay y de voluntarios como lo es la Junta Directiva. ADIPA cuenta con un gran equipo de profesionales”.

 
Así, añade que ADIPA “a mí me ha aportado muchísimo. El trato con las personas con discapacidad en un principio lo desconocía totalmente. Es un campo que cuando te metes, es muy difícil salir porque coges una dependencia y unión con ellos. Mi trabajo con las familias también ha sido muy enriquecedor, muchísimo. Les he ayudado en todo lo que he podido, he escuchado sus situaciones y he tenido una escucha siempre lo más activa posible con ellos. Ellos me lo han agradecido y se han considerado atendidos en el centro y han tenido su espacio allí”.

Se queda con cientos de vivencias y momentos

Son muchas las vivencias con las que se queda la Hija Predilecta de la Ciudad de su paso por ADIPA, que ha sido la gran labor social de su vida. De entre todas, destaca cuando viajaba con las familias en las jornadas que organizaban: “Me lo he pasado estupendamente con ellos”.

 
Nos íbamos algún fin de semana fuera”, recuerda con anhelo, “hacíamos contactos con familiares de toda Andalucía y también organizábamos verbenas en el hotel”. Unas actividades tremendamente importantes porque supone “verlos felices y salir de su situación”, aunque sea por un momento. También destaca los teatros que hacía con ellos y, en general, el resto de actividades con los que María Gracia disfrutaba: “Lo recuerdo con mucha satisfacción”.

Su siguiente reto: la fundación tutelar

Este reconocimiento valora su trayectoria en el ámbito de ayuda a los demás durante toda una vida. Una idea, la de servir al resto, que fue un sueño cumplido: “Siempre deseaba al terminar la carrera, hacer el bien a todo el que tuviera una necesidad. Aquí creo que he cumplido”, explica, aunque nos reconoce que siempre se puede hacer algo más. Así mismo, tiene esa espinita clavada de no ver abierto y con ella en activo “la residencia funcionando, ¡pero como va por buen camino!”.

 
Ahora, aunque jubilada, seguirá siendo una incansable voluntaria para ayudar a los que más lo necesitan: “Siempre he visto la necesidad de que ADIPA tuviera una fundación tutelar, para el día en el que los padres no puedan hacerse cargo de sus hijos. Que se haga una fundación cercana, más cerca con las personas con discapacidad. Estamos en ello, se está tramitando y estoy colaborando en ese tema ahora”.

 
Incansable e imparable, María Gracia recibe el merecido título de Hija Predilecta, que desde ahora la acompañará, gracias a su labor social en nuestra ciudad.
 
 
 
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