La Goyesca de Antequera, aplazada tras no poder celebrarse en las fechas de la Real Feria de Agosto, estuvo marcada por la cornada de 12 centímetros en el muslo izquierdo que sufría Javier Orozco durante la faena de muleta al primero de la tarde, el toro de su alternativa. Tras ser intervenido, lidiaba el sexto de un festejo en el que David de Miranda sumó cuatro orejas y Finito de Córdoba una.
Aguador, número 12 de la ganadería de Manuel Blázquez, fue el toro escogido para la alternativa del rondeño. Lo recibió con un farol de rodillas y pronto evidenció la calidad de su pitón derecho. Por el izquierdo, sin embargo, el animal presentaba más complicaciones. Durante una tanda de naturales, el noble pero rajado animal se lo echó a los lomos infringiéndole una cornada en el muslo izquierdo por la que tuvo que ser intervenido en la enfermería del coso. Estoqueó el toro Finito de Córdoba, padrino de la ceremonia previa, con David de Miranda como testigo.
Tras la operación, salió para estoquear al sexto en medio de una gran ovación. Brindó al equipo médico para lidiar al mejor toro de la tarde, no por noble ni bonacible, sino por encastado. Había que poderle, estar firme y no dudarle. Justo lo que hizo en tandas en redondo y naturales con mucho gusto. Cerró con manoletinas antes de montar la espada. Toda la plaza empujaba por enterrarla sobre el morrillo y redondear el triunfo. Lo hizo en un segundo intento, logrando el objetivo de desorejar a su oponente.
Cuatro orejas para David de Miranda
El otro triunfador del festejo fue David de Miranda, que lidió por alterarse el orden el segundo y cuarto. Ante su primer oponente ofreció una actuación basada en la quietud y la verticalidad. Lució con el capote a pies juntos, y fue acortando distancias con la muleta hasta someter por completo al animal y ofrecer una faena que encandilaba a los aficionados. Tras una buena estocada se le solicitaban las dos orejas que el palco concedió.
Ante el parado cuarto, encontró el material propicio para meterse a las primeras de cambio entre los pitones. Fue forzándole las embestidas a base de tesón y constancia, en un ejercicio de poder rematado con una tanda de manoletinas. Sumó otras dos orejas.
El tercero de la tarde, primero del lote de Finito, fue un animal que no se terminó de entregar a la muleta que le presentaba el diestro cordobés. De uno en uno le fue sacando naturales con enjundia, en una faena a más. Pudo haber cortado una oreja de haber estado más certero con la espada.
El quinto fue el animal que desarrolló mayor nobleza del encierro. Sin demasiadas apreturas, el diestro volvió a mostrar su gusto en una faena de mano alta y a la que le faltó más continuidad. Con todo, esta vez sí que fue premiado con una oreja.
A la conclusión del festejo, Javier Orozco, acompañado de sus partidarios y alumnos de la Escuela Taurina de Ronda, dio una triunfal vuelta al ruedo a hombros junto a David de Miranda; quien tenía el gesto de dejarle salir en solitario por la Puerta Grande del coso antequerano.