La cantera del Antequera Club de Fútbol sigue desarrollándose gracias al trabajo de un gran equipo de trabajo, que se antoja clave para su renacimiento tras una época difícil con la pandemia. Una de estas piezas fundamentales es Miguel Ángel Moreno, más conocido como Migui, quien se encarga del entrenamiento de los porteros de los equipos de la cantera y también ejerce como delegado en el Juvenil.
La formación técnica y en valores es una de las llaves del éxito para cualquier cantera de un club de fútbol. En el Antequera Club de Fútbol lo saben muy bien, por eso cuidan al máximo los miembros del equipo que conforma el cuerpo técnico enfocado al Fútbol Base del club.
Entrenadores y jugadores suelen llevarse los méritos de lo logros, pero detrás de ellos hay otras piezas de indudable relevancia para el buen devenir de los equipos y el futuro de los chavales. Es el caso del entrevistado de hoy, Miguel Ángel Moreno, un joven exjugador de la cantera del Antequera que llegó a grandes cotas llegando a ascender a la máxima categoría en aquel Juvenil de Pedro Murciano, y que ahora, tras ‘colgar’ los guantes, eligió el camino de la formación.
Se ha convertido en entrenador de porteros de la cantera un poco por casualidad, ya que todo se precipitó por la lesión del anterior entrenador, Buzo, pero la apuesta tanto de él como del club no ha podido salir mejor. “Busqué entrar aquí y dedicarme a esto y pudo darse. Me encanta el fútbol, es mi pasión desde chico, y también porque mi padre, Charly Moreno, fue portero del Antequera y desde chico me inculcó el fútbol bien adentro”, nos explica Migui.
Miguel Ángel se ocupa de entrenar a los porteros de toda la cantera y esta temporada también está ejerciendo como tal en la Unión Deportiva Antequera Femenino. Además, también actúa como delegado en el Juvenil. Muchas horas de trabajo que no cuestan porque “cuando algo te gusta lo haces con ganas, sin importar la horas que eche a lo largo de la semana”, afirma Moreno.
Migui reconoce que la cercanía de los chavales y su atención en esforzarse diariamente para mejorar le cautiva: “Ver cómo mejoran día a día, cada entrenamiento y sobre todo poniendo esas ganas y actitud que tienen, desde los mas pequeños a los más grandes, es la mejor recompensa al trabajo”, y en este sentido advierte que la cantera antequerana tiene buen producto: “La actitud y las ganas de aprender es la clave para un buen portero, yo estoy dentro y hay mucho potencial, veo futuro la verdad, hay porteros que prometen y destacan y como les digo a ellos, que sigan como están y tendrán su recompensa”.
Reconoce que sigue trabajando y aprendiendo lo máximo posible de sus compañeros. Además, afirma que ahora está centrado en seguir formándose como entrenador de porteros, pero también le ha picado otro ‘gusanillo’ y pese a su juventud, sólo tiene 23 años, asegura que su gran objetivo es meterse de lleno en los banquillos y convertirse en entrenador. “Me gustaría dar el salto a los banquillos, estoy mirando cursos
y espero que dentro de poco pueda convertirme en entrenador y dirigir algún equipo”.
