El Fernando Argüelles despedirá esta temporada a un referente del balonmano español. Un jugador con 38 años que tras 21 años jugando, 12 de ellos en Asobal, dice adiós porque su cuerpo le ha dicho que no puede seguir más, aunque el Balonmano marcará su futuro.
Se trata de Juan Antonio Vázquez Diz “Chispi”, sevillano con corazón antequerano. Convocaba a los medios de comunicación este miércoles 27 de abril a las 18 horas donde ante el teniente de alcalde de Deportes, Juan Rosas; la presidenta del club, Lourdes Melero; y el entrenador Lorenzo Ruiz, exponía: “Después de tantos años dedicado a este maravilloso deporte como jugador, he tomado una decisión sobre mi futuro personal y profesional. Ha llegado el momento, en que ninguno de los que estamos en esto, queremos que llegue”.
“Es una decisión muy meditada y de la que estoy total y absolutamente seguro. Los que me conocen saben que no dejaría nada sujeto a la improvisación y eso no iba a hacerme. No voy a darle muchas más vueltas y voy a terminar con este suspense”.
Era un secreto a voces: “Al final de esta temporada, dejaré de ser jugador de balonmano y pondré fin a casi toda una vida dedicada al balonmano”. El lateral izquierdo con el número 23 dejará su trayectoria en Asobal que a día de hoy suma 889 goles en 241 partidos. Apuntar que en la 2014-2015 con el Puente Genil, sumó 217 goles, con una media de 7,71 goles por encuentro.
“Creo que he vivido como he jugado y he jugado como he vivido. No entiendo lo que es hoy en día fuera de la pista y la huella que ha dejado en mí el ser deportista profesional. Lo dejo donde quiero: en mi Antequera, a la que llegué en 2009 por primera vez y en el que ya fantaseaba con poder retirarme. Aquí lo hago rodeado de quien quiero: mi familia, amigos y buenos compañeros que han compartido conmigo estos últimos años”.
Su cuerpo ya llevaba tiempo avisándole y entiende que es el momento. “Tengo el convencimiento de haber sido siempre lo más honesto posible y de haber entregado parte de mi vida y de mi salud a cada uno de los clubes, por lo que he pasado en cada entrenamiento, partido o en cualquier acto en el que se ha querido contar conmigo”.
Recuerda sus inicios en un colegio de Triana y sus pasos por diferentes equipos, incluso jugando en el extranjero. “He jugado en toda la categoría de las manos. He pasado por una gran cantidad de clubes y he tenido la suerte de representar a España”, quizá ser de una generación de gran nivel le cerró las puertas de los hispanos, aunque sus números le tenían que haber llegado a ella.
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Agradecido a su familia
Reconoció que ha vivido “la parte más oscura del deporte con situaciones de impago en varios clubes, la recurrente lesión en mi maltrecha rodilla, o como lo que nos está tocando vivir este año, o un amargo descenso de categoría que ha dejado tan mal sabor de boca el club y aficionados”.
Tuvo especial mención para su familia: “Mis padres y mis hermanos, que todos estos años han hecho kilómetros para verme jugar o que han consentido que en todas las reuniones familiares hablasen, se hablase única y sencillamente: Balonmano”.
Para terminar, tuvo palabras de agradecimiento y reconocimiento a Lorenzo Ruiz y no podía acabar sin mencionar a Alejandro, Nora, y Adara. “No hay nadie mejor que vosotros que sepa lo que el Balonmano supone en mi vida. Gracias por estos años, pero sobre todo gracias por lo que nos queda por seguir viviendo juntos”.“Mi cuerpo dice basta. Ha sido un camino largo. Mucho más de lo que nunca imaginé. Plagado de luces y sombras. Pero lo que sí que tengo claro es que sin duda valió la pena andar”.