Un grupo de nueve antequeranos de la Parroquia de La Trinidad participó en el Congreso de Solidaridad Internacional Trinitaria (SIT) celebrado en Roma los días 25 y 26 de abril bajo el lema: “Un carisma por la libertad religiosa universal”, donde compartieron la realidad de la persecución religiosa. Una reunión que se desarrolló en el Vaticano y en la que participó el propio Papa Francisco, quien además recibió en audiencia privada a la embajada local. Recibió un libro de la Semana Santa de Antequera como obsequio de la participación de la ciudad.
El SIT surgió en 1999 como respuesta a los inicios trinitarios de su fundador San Juan de Mata con el referente de “Gloria a la Trinidad y a los cautivos libertad”. Hoy es su presidente Antonio Aurelio Fernández, trinitario que estuvo destinado en Antequera que dejó su huella en la ciudad. Actualmente es también el consejero general de la curia religiosa.
Convocó a todos los países con presencia trinitaria y desde Antequera, Simeón Martín Reiner lo propuso en la Parroquia desde donde se ofreció un grupo de reflexión que se reúne en la sede trinitaria.
La realidad de la libertad
El encuentro comenzó con una misa en la iglesia de Santa María Alle Fornaci desde donde partieron al Vaticano para el congreso, con audiencia privada con el Papa Francisco en la Sala Clementina.
El superior general trinitario compartió el carisma trinitario que consiste en: asistir, acompañar y rescatar a las personas privadas de libertad. El Papa valoró esta labor de evangelizar con la meta de la libertad religiosa y preocuparse por los perseguidos a causa de su fe. “Es un carisma de fragante actualidad, por desgracia, porque hay muchos hombres, mujeres y niños esclavizados”.
El congreso se inició con el saludo presidente del SIT, Antonio Aurelio Fernández, en la Sala del Sínodo en el Vaticano. Se iniciaron ponencias a cargo del General de la orden trinitaria, Luigi Buccarelo, que abarcó sobre “La libertad religiosa y la paz caminan juntas: la obra redentora de los trinitarios en armonía con el magisterio de los pontífices y escuchando el testimonio de los mártires cristianos”. El periodista de la COPE Fernando de Haro que trató sobre “Perseguidos: es decir, Testigos libres de la belleza del acontecimiento cristiano”. Y el vicario de la diócesis de Maiduguri, Jhon Bakeni: “Cristianos en el siglo XXI en Nigeria”.
El día 26 participaron en una misa en la Capilla de San José en la Basílica de San Pedro y el periodista corresponsal en China de ABC, Pedro Díez, habló sobre la “Situación de los cristianos en China”. Lugar para una mesa redonda sobre: “Algunos lugares de trabajo sobre la Libertad Religiosa. Acciones concretas”. Participando Meby Varghese sobre la situación en India, Aldo Berardi en Arabia y José Jiménez en Cuba.
El congreso terminó con una vigilia por los cristianos perseguidos de San Crisógono, donde se encuentra la Curia Trinitaria. Se pudo palpar que el objetivo del SIT es actualizar en el presente lo que en 1198 vivió el Fundador de la Orden, San Juan de Mata. Porque “no hay paz sin libertad, ni libertad sin paz”.
Hoy, 300 millones de cristianos no pueden vivir su fe libremente. “Hay que buscar la paz a través del diálogo. Es cuestión de todas las religiones. El diálogo tiene que darse con apertura y respeto”, expone Martín Reiner.
La guerra rusa en Ucrania es otro ejemplo de las ideas políticas de una persona que impone su deseo sobre el de la mayoría de la sociedad que contempla cómo las guerras no paran.
Reflexión de los participantes
Este martes se reunían en La Trinidad para compartir experiencias tras el viaje a Roma. Allí, además de la introducción de Simeón Martíne Reiner, la oración del sacerdote Isidoro Murciego, escuchamos a las participantes compartir lo que significó el congreso. Para Teresa Rosal Ramos: “Aquí es fácil ser cristianos, pero ¿cuál sería nuestra actitud en un país donde fuéramos perseguidos?”. África Aciego comparte: “He sentido cosas que jamás podía pensar que se vivieran en otros países”.
Para Lola Salazar le ha dado fuerza: “Para mí ha sido un revulsivo para darme cuenta del problema de la persecución de los cristianos en estos países. Tenemos que involucrarnos para ayudarles desde nuestros países”. María José Páez se muestra sorprendida por lo que sufren: “Cuando hemos escuchado cómo viven en esos países, me planteé qué haría yo si fuera perseguida por mi fe”.
Araceli González expone la grandeza de conocer otras formas de vivir la fe: “He sentido mi pequeñez por ver lo que esta gente da por ser cristianos y luego nosotros nos quejamos por todo. Lo del Papa fue un regalo donde le pedimos por los nuestros y el final, con esa vigilia de oración fue algo que me llamó la atención y me pidió que rezáramos más”.
Y Ángeles Giménez que es de las últimas en sumarse al grupo trinitario: “Quería ir al congreso que fue uno de mis primeros retiros con este grupo donde he descubierto el carisma de acogida de los trinitarios. La audiencia con el Papa me permitió darle las gracias y en la vigilia, rezar por los cristianos perseguidos, donde salí muy gratificada”.