“Son capaces porque creen que son capaces”
(Virgilio)
Todos tenemos una imagen maravillosa, idealizada casi perfecta de nosotros mismos, luego nos miramos al espejo y nos damos cuentas de que tenemos algunos defectillos. Tal vez esa persona que nos cruzamos y no tratamos, que visualizamos pero no entendemos, que casi rozamos pero no conocemos,puede que sea un ser humano sencillo, humilde y si es así sus cualidades serán la inteligencia, para observarse asimismo y al mundo que lo rodea.
Armonizar cuerpo y mente no es tan complicado, eso sí, necesitamos tiempo, tiempo para nuestra vida real. Dejar que la paciencia infinita del tiempo trabaje a nuestro favor, eso sí, sin cruzarnos de brazos, ya lo decía Séneca, hay que trabajarlo, hay que currárselo. Nuestro filósofo Ortega y Gasset dejó muy claro que la existencia feliz no se ha inventado en los últimos tiempos, este concepto apenas ha variado a lo largo de la existencia humana. Por eso el alumno de los sabios, pronto se dará cuenta de que una alegría, una vida condicionada por el sol o las nubes, por esta persona o la otra por este jefe o jefa, no es felicidad, de que la felicidad somos cada uno de nosotros, el hecho de existir aquí y ahora.
Como estamos inmersos en la autorrealización, no podemos gastar nuestras fuerzas, energías en o con gente insolentes, es decir no perdamos el tiempo en bobadas. Dicen los que de ellos saben, que evitar problemas y sortear en lo posible aquellos que quieren endosarnos ya sea la vida o la gente, es una gran prueba de sabiduría. De vez en cuando hay que revisar nuestra escala de valores. Que no nos cosifique nadie.