El melasma se produce cuando aparecen en la piel y más concretamente en la piel de la cara, unas manchas oscuras muy características, suelen ser simétricas y de color café. Esta patología cutánea es relativamente frecuente y se produce por la acción del sol sobre todo en mujeres.
El melasma está muy relacionado con las hormonas femeninas (progestágenos y estrógenos), por eso es mucho más frecuente en mujeres, aunque puede afectar a cualquier persona de cualquier edad. Principalmente afecta a mujeres embarazadas y también puede afectar a aquellas mujeres que están bajo tratamiento hormonal, como por ejemplo la terapia hormonal sustitutiva, los tratamientos de fertilidad o los anticonceptivos orales.
El único síntoma que produce el melasma son esas manchas que se presentan en la piel de la cara. El diagnóstico debe establecerlo el médico dermatólogo, lógicamente tiene que descartar otras patologías que producen manchas en la piel, como puede ser un melanoma (cáncer de piel). El tratamiento dependerá mucho en función de si la mujer está embarazada o no. En el caso de mujeres embarazadas normalmente al terminar el embarazo en pocas semanas la piel irá recuperando su aspecto habitual hasta que con el paso del tiempo desaparezca el melasma por completo. En el caso de mujeres que no estén embarazadas se pueden utilizar cremas que mejoran mucho el aspecto del melasma. En casos mas severos se pueden realizar exfoliaciones físicas o químicas e incluso algunas técnicas de láser.
Patologías como el melasma nos recuerda la importancia de la utilización diaria de una buena protección solar y evidentemente la necesidad de evitar en la medida de lo posible la exposición solar prolongada. En su farmacia usted encontrará además ese protector solar que necesita, también contará con el asesoramiento profesional que le indicará cual es la protección solar mas adecuada en su caso. Hoy para terminar no debemos de olvidar que nuestra piel es una parte muy importante del cuerpo, pienso que esa piel además puede ser una parte muy sensual de nosotros mismos y más aún si esa piel pertenece al ser amado.