Tras la ponencia de este año en la Cátedra de Mayores, en la que hice, con los alumnos matriculados, un itinerario imaginado en el que fuimos haciendo alusión, leyéndolas o sintetizándolas, a las muchas leyendas que, afortunadamente la tradición nos ha dejado en Antequera, surgió la idea de publicar unos itinerarios de leyendas, en la que se localizase el lugar, exacto o aproximado, en el que pudo haberse creado la leyenda. Así, con estos itinerarios de leyendas añadiremos un atractivo más a los muchos que ya tiene, de esta nuestra Antequera tan repleta de historia, arte, costumbres y leyendas.
Quiero, con estos itinerarios, tener una finalidad que es la de que, al visitar algún lugar, además de toda la historia y arte que tiene y que podremos verla en cualquiera de las guías, libros de historia o de arte, recordemos también las leyendas que, posiblemente, habrán sido más identificadas en épocas anteriores al transmitirse de boca en boca y no conocerlas por haberlas leído.
Deseo empezar este recorrido por las Leyendas Marianas y poco a poco iré publicando los distintos itinerarios que puedan surgir, según vaya ordenando, por distintos lugares de Antequera, las muchas leyendas que existen en nuestra ciudad.
Tengo que aclarar desde un principio, que todas las leyendas han sido publicadas en el periódico El Sol de Antequera y en otros periódicos o revistas, y que, siempre que sea posible, daré el nombre de la persona que las ha publicado. No pretendo ser original, ni publicar, de nuevo, estas leyendas, sino ubicarlas en los lugares que, aproximadamente, pudieron surgir. Siempre estaré agradecido a cuantas personas han publicado ya antes estas leyendas, porque, sin su publicación, sería imposible realizar estos itinerarios.
Convento de Nuestra Señora de los Remedios. Virgen de los Remedios
Los padres Terceros franciscanos fundaron su primer convento en el Partido del Cañuelo de Antequera en 1520. Cuenta la tradición que el siervo Fray Martirico de las Cruces deseaba con gran ilusión tener en su pequeño templo una imagen de la santísima Virgen. Un día vio satisfecho sus deseos, cuando por la mañana, oyó llamar a la puerta. Salió a abrir y vio ante él a un caballero vestido de blanco y montando un caballo blanco. Éste le hizo entrega de una imagen, la que él tanto había deseado, y, mientras se la entregaba, le dijo: “He aquí tu remedio y el de esta ciudad de Antequera”.
Diciendo esto, el misterioso personaje desapareció sin dejar rastro. Cuando fray Martín fue a comunicárselo a los otros frailes y salieron a darle las gracias, no encontraron a nadie. A partir de entonces, la Virgen de los Remedios fue llevada a la población en rogativa por las sequías y por las epidemias que se propagaban en aquellos tiempos, implorando su remedio, con cultos y procesiones. Lo alejado del emplazamiento y la gran devoción que se le tenía a la Virgen, hicieron que los frailes se trasladaran a la ciudad.
La leyenda se remonta a la época de Carlos I, Rey de las Españas. Se cuenta que en el año 1519, tuvo lugar en Antequera un hecho portentoso: Dios envía al apóstol Santiago a Antequera para hacer entrega a fray Martín de las Cruces, capellán del Convento de Franciscanos Terceros, situado en el término de Las Suertes, distante unos kilómetros de la ciudad.
Según la leyenda, en este año mencionado, Antequera y su comarca padecían una terrible hambruna, debido a una gran sequía. No había agua, los campos estaban secos y muy mermado el ganado. Así las cosas, un soldado de Antequera decide marcarse a tierras cordobesas para buscar trabajo.
Cansado de caminar, hace un descanso para reponer fuerzas en un paraje muy acogedor cerca del Santuario de Villaviciosa de Córdoba. Muy pronto, fijó su mirada en la Virgen que ocupaba el lugar central del retablo y pudo comprobar cuánta devoción le tenían los feligreses, que le solicitaban favores para sus enfermos o sus males.
Supo que el pastor había colocado allí la talla de la Virgen poco antes de morir y que la había sustraído a unos trabajadores que afirmaban haberla encontrado en una viña en el Alentejo, cerca de Vila Viçiosa. Y conoció, también, los dones que había recibido el pastor cordobés desde que custodiaba la imagen. Esto le hizo pensar que su encuentro no era casual y, dado las necesidades por las que pasaba él y su familia, tomó la decisión de coger la imagen y llevarla consigo a su casa.
A su regreso, el pastor encontró trabajo como ganadero de un rico hacendado, muy cerca del Convento de franciscanos terceros. Incómodo por la situación de tener la sagrada imagen consigo, la donó a los religiosos del convento.
Pronto se supo que la imagen era la misma que había desaparecido del Santuario de Villaviciosa de Córdoba y el mismo Deán se hizo cargo de ella y la trasladó al su lugar originario.
El Convento de los Franciscanos Terceros de Antequera se quedó sin Virgen y fray Martín de las Cruces que siempre celebraba misa en su altar imploró al cielo para solucionar esta situación.
Unos días más tarde, llegó al Convento un hidalgo que montaba un caballo blanco y que portaba una cruz roja y la imagen de una Virgen. Solicitó la presencia del hermano capellán y cuando apareció, le ruega al capellán que tome en sus manos la imagen a la vez que le dice: “Aquí tienes el remedio de tus fatigas y el remedio para la ciudad de Antequera”.
Años más tarde, conocedores ya de que el misterioso caballero había sido el apóstol Santiago, los antequeranos solicitan al Consistorio poner aquella sagrada imagen bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios y proclamarla patrona de la villa.
Fueron muchas las personas de Antequera y de sus cercanías las que acudían a diario a pedirle algo para aliviar sus males y a darle gracias por algún favor recibido. El convento se hizo pequeño y estaba muy alejado de la villa, por eso en 1607, los frailes Franciscanos Terceros decidieron trasladar aquella imagen de la Virgen a un lugar en el centro de la ciudad.
En el año 1922 se solicitó a su santidad Pío XI la coronación canónica de la Virgen y fue Vicente Casanova y Marzol, arzobispo de granada, el que en una ceremonia que se celebró en el paseo real de Alfonso XIII, el 10 de septiembre de ese mismo año, coronó a la Virgen de los Remedios.
(Síntesis de las publicaciones de Esther María Sánchez Padilla, Eugenia María Acedo Tapia y José Luis Sánchez- Garrido Reyes).