La Real Feria de Agosto del 275 Aniversario y del 175 de la construcción de la Plaza de Toros se anuncia en un Cartel de Ramón Orellana que retrata a una joven ante el coso taurino.
La veleta del Angelote es el testigo de estos tres siglos ante el camino que nos evoca a la propia ciudad, Antequera, representada en una muchacha, que tras 275 años, sigue vestida igual de guapa que en 1748, pero preparada más y mejor en 2023 para acudir a la Real Feria y a los Toros.
Con 39 grados comenzó el acto a las 21 horas en el interior de San Juan de Dios, conducido por la periodista Rocío Moltó, quien dio la bienvenida y fue dando el paso a los protagonistas de la noche.
Primero el coro de la Hermandad del Rocío de Antequera, de la que es hermana mayor la presentadora. Dirigido por Verónica Cuesta y acompañado por el tamborilero Francisco Ramírez. Interpretaron “Unas sevillanas son”, “Ole con ole”, “Sevillana del Simpecado” y “Vengo, señora”. Fueron muy aplaudidos.
Comenzó Rosario Palomo su intervención, centrando el acto en las celebraciones de este año: el 275 aniversario de la Real Feria y el 175 de la inauguración del coso taurino. Supo con gracia y salero hacerse la pregunta: “Todos los años comienza con la consabida pregunta de… ¿este año cuándo es la feria? Ahí es donde los antequeranos vamos ya hilando lo que será las ganas de que llegue tan señalada fecha para echarnos a la calle y vivir intensamente esos días”.
A partir de ahí, surgen otras cuestiones: “¿Quién hace el cartel este año? ¿Quién es la regidora? ¿sabéis quién será el pregonero o pregonera? ¿qué artistas vendrán a cantar? Una serie de dudas que se van resolviendo conforme pasan los días y que anuncian que la feria se acerca”.
Defendió y propuso vestirse de flamenca en las fiestas. “Durante sus cinco días de duración podemos ver a las hermosas y guapas antequeranas vestidas de flamencas, adornando las calles y el real con sus llamativos colores, con su gracia llevando sus vestidos, con su elegancia caminando, sabiéndose que en ese momento son las mujeres más guapas que se pasean por las calles de nuestra ciudad. No me quiero olvidar de nuestro traje de antequerana, cada vez más presente en nuestra feria y en otros acontecimientos de la vida social de Antequera que sin duda aún eleva más la belleza y elegancia de las antequeranas y que debemos de reivindicar con más ahínco, como parte de nuestras raíces, de nuestra cultura”.
El Cartel de la Real Feria
Tras la introducción, Rosario habló del autor del Cartel, Ramón Orellana Hurtado. “De su padre, carpintero de profesión aprendió el tesón y la manera de enfrentarse a la vida de la mejor forma posible y de su madre, ama de casa, el amor a la familia y la bondad”.
Desde pequeño “sentía la inquietud de dibujar, de pintar, aunque siempre estuvo en un segundo plano, hasta que un día estando en Granada, un amigo lo vio pintar e intuyó que en aquellos trazos se escondía un gran artista y lo animó a que hiciera la carrera de Bellas Artes”.
Ramón “ha sabido plasmar los palacios, conventos, iglesias y calles de Antequera con perspectiva casi imposible, con una suma de elegancia, con clase y señorío que son las cualidades que adornan esta gran ciudad, todo resuelto con la sencillez del que sabe, porque Ramón hace parecer fácil lo difícil y esto solo lo hacen los grandes”.
Momento en el que tras hablar de la obra del autor, pidió al alcalde Manuel Barón, al artista Ramón Orellana, a la concejal Elena Melero y a Paula Romero (la joven retratada en el Cartel) que descubrieran el mismo. Gran ovación del público al ver dicha obra.
La presentadora terminó describiendo el cuadro. “En primer lugar, representando a la ciudad de Antequera en su Real Feria, una mujer antequerana, guapísima, con un espectacular brillo en la mirada, reflejo de su fuerza, de su poder, a la par que deja entrever la dulzura y la feminidad en sus rasgos”.
En segundo lugar, “nuestra plaza de toros, captada con la luz de la media tarde, en la que el Sol incide con justicia sobre la puerta de sombra. Una puerta que permanece cerrada, esperando una tarde gloriosa de algún diestro, para abrirse de par en par, en un tumulto de aficionados que darán mayor gloria al ya triunfante torero”.
En tercer lugar “el Angelote en medio de una luna, vigilante, testigo silencioso de la historia de Antequera y de su Real Feria, que, con su veleta, anuncia los vientos que aproximan la fiesta, la alegría y las ganas de diversión”.
Todos estos destellos, “se escapan hasta la mirada de Paula que espera con anhelo la llegada de una nueva feria. Ramón Orellana deja para la posteridad una obra llena de luz y significado, donde la sencillez y el amor a su ciudad quedan retratados en tan bello lienzo”. Y terminó pidiendo participar y vivir intensamente esta histórica Real Feria.